Por Parvati Kumar
Si alguien es un obstáculo en tu camino, rézale para que haga lugar, no
trates de pelearlo. La actitud de pelea debe morir. En su lugar, debe triunfar
la actitud de un acercamiento cordial, porque todo el mundo tiene un corazón. Entonces,
ten un acercamiento cordial, ¡no pelees! Esa es la forma divina de progresar.
Tenemos suficientes peleas en el ámbito mundano.
¿Por qué no trasladas estas peleas al reino interior?
El regente superior regente de Aries es Mercurio, y Mercurio te regirá
en tu Aries siempre y cuando pares de pelear. Por esto es que los maestros
dicen: “¡No pongas la pelea afuera! Ya hay suficiente por lo que pelear por
dentro. ¡Lleva la pelea a tu interior! Ahí tienes un trabajo de tiempo
completo".
Hay tantas cosas con las que tienes que pelear por dentro. Entonces,
¡lleva la batalla hacia dentro! Así es como lentamente se manifestará la luz,
después de que cese la pelea. Y Mercurio se convierte
en el Señor. Esto significa que estás más
involucrado con la luz que con la pelea, tanto interna como externamente.
Cuando la luz se intensifica. Urano se convierte en el Señor. Para los
Maestros de sabiduría. Urano es el regente. Para los discípulos, Mercurio es el
regente. Para el resto, Marte es el regente. Cuando te acercas al lado divino
de las cosas, a cada punto te encuentras con un morador en el umbral.
¡Reza! ¡Reza con el corazón! ¡Pídeles que hagan lugar! Ellos dejan
lugar. Esa es la manera cordial hacia el progreso.
Mayormente, las cosas a las que somos reacios son nuestro umbral. Por
eso es que todas las cosas amargas son dadas a practicar en el ocultismo.
Amargas no porque sean amargas de naturaleza, sino porque se han vuelto amargas
para nosotros. Levantarnos temprano por la mañana es amargo para nosotros
porque tenemos mucha inercia. Nos aburrimos de la comida pura. ¿Por qué? Porque
la ignorancia que tenemos rechaza cualquier tipo de luz entrante.
• Para el hombre de
primer rayo, el orgullo es el umbral.
• Para el hombre de
segundo rayo, el miedo es el umbral.
• Para el hombre de
tercer rayo, la manipulación es el umbral.
• Para el hombre de
cuarto rayo, hay miles de conflictos.
• Un conflicto muy
pequeño es suficiente para sacarlo de quicio.
• Para el hombre de
quinto rayo: la mente concreta es el umbral.
• Para el hombre de sexto
rayo, la emoción es el umbral.
• Para el hombre de
séptimo rayo, la falta de orden es el umbral.
No quiere entrar en un ritmo, y la solución es simplemente entrar en el ritmo.
La gente no quiere escuchar. Algunos hacen como si escucharan, pero no
escuchan.
¿Por qué? Porque el nivel de ignorancia es muy alto. La ignorancia en
nosotros es tan fuerte, y además está muy segura de nosotros. Se ríe de
nosotros: “¿Quieres ir a un retiro? ¡A ver si lo haces! ¿Quieres ver al
Maestro? Me voy a asegurar de que no medites regularmente". Así es como en
nuestro interior el hombre oscuro es más fuerte que el hombre blanco. Tiene que
ser desechado. No es tan fácil, pero cuando adoptas un acercamiento cordial
hacia él y te haces amigo, entonces se torna compasivo: ‘Está bien, este niño
conoce mi poder y busca mi bendición”.
Sabes, cuando buscas la bendición de alguien, la persona estará
complacida. Si hay un enemigo más poderoso frente a ti, antes de pelear vas y
le pides su bendición. Ese hombre no peleará contigo con todo el poder. Esto es
lo que hizo Krishna con los Hijos de la Luz. Los Hijos de la Luz se habían
preparado muy bien para pelear, y estaban a punto de lanzarse a la lucha. Frente
a ellos estaba el general de guerra, que era invencible tanto en el plano
mortal como en el inmortal. Su nombre era Bhishma. Él era un gran iniciado.
Krishna les dijo: "Antes de pelear con él, vayan y obtengan su
bendición". Entonces, fueron a él y le dijeron:
-“Abuelo, bendícenos por favor para la victoria".
-Él dijo: “Sí, los bendigo".
-“¡Suficiente! Si él dice ‘sí, los bendigo’ significa ‘les permitiré que
me derroten'. No es que me puedan derrotar, pero les permito que me derroten.
Háganlo”.
Eso es inteligente. Hay un modo de satisfacer al oponente. Si el
oponente es más fuerte, tienes que debilitarlo a través de tu acercamiento
cordial. Este tipo de técnica se usa generalmente en el Camino de la Adoración.
La gente teme a Saturno. Pero en la India concibieron oraciones para Saturno.
Sólo un principio: todo ser tiene un corazón. El corazón es el principio
pulsante. Lleva en sí el amor, la compasión. ¡Acércate a él! Esto es lo que se
expresa en una gran afirmación del Maestro Kuthumi: todo hombre tiene un
corazón. Recuérdaselo a través de tus actos continuos de buena voluntad.
Ese es el acercamiento secundario. El pelear trae más discordia. No
debería de dársele ninguna importancia a ello.
Digo todo esto por lo siguiente: no escuchas las plegarias. Aún si
rezas, rezas para cumplir tus deseos personales. Aquí, la plegaria es: "No
me lleves hacia los deseos, sino condúceme hacia los actos divinos y hazme una
herramienta en manos de lo divino, así puedo llevar a cabo actos de buena
voluntad en función del lugar que ocupo, beneficiando ampliamente a la
comunidad”.
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