Por Karen Berg
Cuando se trata de amor, la ausencia aumenta el cariño. Cuando dos
personas enamoradas se separan, desean fuertemente reunirse. Su amor crece y el
anhelo de volver a estar juntos mueve sus almas. Cuando pienso en nuestra
relación con el Creador, veo este mismo tipo de amor profundo. Deseamos estar
con el Creador, pero se dice que el deseo del Creador de estar con nosotros es
aún más fuerte. En tiempos de adversidad y problemas podemos sentir a menudo
una gran distancia de la Luz. Es en esos momentos que
desarrollamos un mayor
deseo de unirnos con ella. Este deseo de reunión con el Creador es nuestro
viaje de vida. Del mismo modo que dos personas enamoradas que han sido
separadas, cada momento se invierte en intentar reunirse, en buscar un modo de
estar con el otro. Esta semana, preparamos nuestra mente, cuerpo y espíritu
para unirnos completamente con el Creador. Nos preparamos para unirnos nuevamente
con el amor más grande de todos los tiempos: el amor entre nuestra alma y la
Fuerza de Luz de Dios.
Nuestra porción de la semana es Trumá. Los israelitas se encontraban en
un nuevo camino espiritual y, en el proceso, pasaron por un despertar espiritual.
Después de dejar su esclavitud en Egipto, comenzaron a desarrollar una relación
personal con el Creador. Moshé los preparaba para su siguiente paso en este
proceso. Estaba por revelárseles una enorme cantidad de Luz, por eso el Creador
le informó a Moshé que había llegado el momento de comenzar a crear un espacio
en el que pudiera residir la Luz entrante. Los israelitas comenzaron a
construir una morada conocida como Tabernáculo. Allí residiría toda la
información y la energía que los israelitas habían recibido desde su salida de
Egipto. Los israelitas continuaron esforzándose y haciendo lo necesario para
juntarse y unirse con el Creador. Tal y como un gran amor perdido, tanto el
Creador como los israelitas trabajan con el fin de reunirse. Por eso suele decirse
que la porción de Trumá ayuda a la gente a encontrar el amor y a casarse. Si lo
deseamos, nosotros también podemos estar en un camino de espiritualidad y unión
con el Creador. Esta semana podríamos sentir un aumento en el deseo de
estudiar, meditar y conectarnos más. Podemos sentir este gran anhelo creciendo
en nosotros como un poderoso sol. Sentimos que ha llegado el momento de
prepararnos y unirnos nuevamente.
Los israelitas descubrieron que para manifestar bendiciones en la vida,
se debe crear una vasija o una morada. Ningún océano ni lago puede existir sin
que la tierra provea un espacio en el que pueda formarse. Si estamos dispuestos
a acercarnos al Creador, a recorrer un camino que nos proporcione más
bendiciones y bienaventuranza en nuestra vida, eso nos ayudará a crear un
espacio para que entre esta Luz.
Quizá ahora nos preguntemos: ¿Cuál es nuestro Tabernáculo? ¿Cuál es
nuestra morada? ¿Qué podemos construir?
Nuestro Tabernáculo es deseo simple. El deseo de estar con el Creador
crea el espacio que necesitamos para albergarlo en nuestro corazón. El deseo le
permite a la Luz venir a nuestra vida. Mientras que los israelitas necesitaban
construir algo físico, nosotros, si estamos dispuestos, podemos construir la
estructura inmaterial de deseo en nuestro corazón. Sólo el deseo simple de
estar con el Creador provocará que Su Luz entre como torrente en nuestra mente
y corazón.
Una vez una estudiante le preguntó a su maestro dónde estaba su camino
espiritual. Ella le explicó que había estado buscando dar el siguiente paso,
pero no lo encontraba. El maestro le dijo que sólo el hecho de buscar el camino
significa que está en él.
Estar en un camino para reunirnos con el Creador es un verdadero mérito.
Este viaje no es una prioridad en la vida de muchas personas. No obstante, a
menudo sólo apreciamos algo cuando ya no está. Sólo en ese momento nuestro amor
despierta conscientemente y comenzamos a hacer lo necesario para recuperar lo
que una vez tuvimos.
Hubo un momento en el que éramos uno con el Creador. Antes de nuestro
viaje a este mundo, estábamos en unión total con la Luz. Ahora nuestro camino
en este mundo es recuperar esa relación. De este modo, podemos comenzar a ver
el viaje espiritual como un regreso a la mejor relación jamás conocida.
Esta semana en tus meditaciones visualiza a alguien que amas. Quizá sea
un cónyuge, uno de tus padres, un amigo o pareja. Siente el amor que hay entre
ustedes. Un amor en el que ambos están dispuestos a ayudarse cuando lo
necesiten. Un amor de gran cariño y compasión. Un amor en el que sin lugar a
duda te sacrificarías por el otro. Ahora toma este amor y amplíalo. Amplíalo
tanto como el cielo. Amplíalo hasta que puedas imaginar el poderoso amor
colosal del Creador hacia ti. El amor más grande de todos está en tu corazón.
Siente cómo se expande en tu pecho. Inhala lentamente y luego exhala. El
Creador quiere que estés con Él nuevamente. Siente el deseo dentro de ti que
construye paz, bendiciones, plenitud y mucho más de parte del Creador. Siente
allí el gran amor.
Esta semana nos preparamos para este gran amor. Cuando entremos al
último mes del Zodíaco, podremos vislumbrar la conclusión de este viaje.
Podremos sentir el inicio del tiempo cuando nosotros, y todos lo habitantes de
la Tierra, finalmente nos unamos con el Creador para eliminar todo dolor,
tristeza y sufrimiento. Hemos sentido una ausencia por demasiado tiempo.
Nuestro corazón ha acumulado mucho anhelo. Estamos listos para incorporarnos a
este gran amor de una vez por todas
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