Canalización de Kryon
por Lee Carroll
Bradenton, Florida, 21 de Enero de 2017
Saludos, queridos, Yo Soy Kryon, del Servicio
Magnético.
El salón está lleno con aquellos que conozco. A los
que escuchan más tarde, los conozco. Esto se debe a que todos ustedes son parte
de la familia más grande. Una familia que les está oculta cuando están aquí. Y
quiero hablar sobre algo, un tema que hemos abordado antes, pero no
necesariamente de esta manera.
Aquí hay una energía muy nueva para el planeta, y
ustedes están en transición desde una consciencia del pasado a lo que es una
promesa del futuro. ¿Cuántas veces les hemos contado que moverse literalmente
desde un lugar más oscuro a otro lugar más claro trae consigo alegría,
anticipación, y también la vieja energía? Porque una linterna no se paga y
simplemente todo queda lo más bien. En cambio, ustedes tienen que
resolver el enigma.
Les hemos dado muchos mensajes sobre lo que sucede
cuando pasan de un lugar más bajo a uno más elevado; algunos de los hábitos, de
los prejuicios, algunas de las cosas que ni siquiera saben que hicieron. Sin
embargo, hay una cosa que es común a la mayoría. Algo que tiene que ser
limpiado, no porque traiga adheridas cosas viejas; tiene que ser limpiado
debido a quiénes son ustedes. Cuando oigan de qué se trata, lo sabrán, porque
hemos hablado de eso antes.
Entonces, empecemos desde el principio. Cosas que
debieran saber sobre sí mismos. No está allí lo que les han contado. Cosas que,
espiritualmente, son tan verdaderas y hermosas que tal vez las han olvidado.
Cosas que hoy no se enseñan en los sistemas espirituales que ustedes tienen. No
de esta manera.
Quiero retroceder al comienzo. Y el comienzo, según
lo que voy a ver y decir, es cuando la enseñanza comenzó.
Queridos, en todo el planeta tienen una historia de
la creación. Diversas culturas tienen historias varias de la creación. La que
en esta cultura pueden haber recibido al crecer, la más popular, es muy similar
a la que enseñamos como la siembra del planeta. Entonces escuchen, otra vez,
por un momento, sobre esta cosa asombrosa que ocurrió con los humanos
biológicamente, esotéricamente, hace unos 200.000 años.
Hubo un cambio, una transformación, muy importante.
Y si se elimina toda la física o lo físico de eso, lo que realmente tuvo lugar
fue un bello cambio de implantación en el ser humano de un discernimiento entre
luz y oscuridad. El conocimiento, por primer vez, del Creador; libre albedrío
para verlo o no; intuición; belleza, discernimiento; todas estas cosas eran
nuevas. Hubo un salto en la evolución. Doscientos mil años atrás; por designio,
no por azar; es la historia de la creación, está en sus sagradas escrituras.
Tal vez contada de forma diferente, pero es la misma historia. Ustedes eran
seres humanos, mamíferos como cualquier otro del planeta, y algo sucedió. Una
fuerza angélica descendió. Y con la historia de la creación que han oído, del
Adán y la Eva, y el Jardín del Edén, todas metáforas de lo que nosotros les
hemos contado, de cómo recibieron el bello conocimiento de la luz y la
oscuridad, el discernimiento, la elección. ¡Está en todo el planeta!
De modo que ahora los voy a poner a ustedes en el
lugar del Creador, por un momento solamente. La cuestión de la luz: ¿qué
habrían hecho ustedes? Digamos que ustedes tienen la mente de Dios, y
digamos que han visto este milagro, que ha sido por designio, y lo estaban
observando. ¿Qué habrían hecho inmediatamente después, cuando la siembra estaba
completa? Para darles una idea de adónde voy, digamos que toman a un niño
pequeño y le dicen: "Te daré algo asombroso y bello: te pondré en una
biblioteca que contiene el conocimiento de todas las cosas. Y luego podrás
elegir entre todos esos libros" Y luego sales, y en tu camino hacia afuera
dices, "Oh, lo siento, nunca te hemos enseñado a leer. Miles de libros, y
puedes tocarlos, pero no sabes qué contienen." Entonces, ¿no tendría más
sentido una historia de la creación acompañada por enseñanzas? (se ríe)
Y las escrituras no dicen nada de eso, nada en absoluto. De modo que se les da
todo esto a los seres humanos y luego se los deja que se arreglen por sí solos.
El ángel no les enseña nada. Verdaderamente. Las escrituras te dirán que
luego vinieron los Maestros, y hubo muchos. Y a lo largo de la historia y a
través de las culturas, hubo muchos de ellos. Pero la Fuente que realizó la
siembra, la energía angélica que tenía la fuerza detrás de la historia de la
creación, simplemente se fue. Y ustedes se quedaron solos, y entonces empezaron
las historias que ustedes oyen.
Pero mi historia es diferente; es más lógico que al
ocurrir la siembra empezara la enseñanza. No se puede ocasionar ese
tipo de cambio, colocarlo sobre la humanidad, y luego irse. En cambio, nosotros
les contamos que quienes les dieron las semillas, que eran aquellos de las que
ustedes llaman las Siete Hermanas (N.T. las Pléyades), se quedaron
y empezaron a enseñar.
Ahora bien, la siembra real empezó hace un largo
tiempo, de manera muy, muy gradual, y mucho tuvo que suceder en la biología
antes que ustedes llegaran a un punto en que todos estuvieran preparados, y ese
fue el punto de los 52.000 años. Hubo dos ciclos del bamboleo de la Tierra
involucrados en la civilización humana, hasta que estuvieran en el estado
preciso para crear lo que han hecho. Todo lo que condujo hacia ese punto hace
52.000 años fue en preparación. Y entonces llegó Lemuria. Y luego otros
lugares en el planeta donde se les enseñó. No solo Lemuria, hubo más.
Lemuria fue especial porque estaba aislada. Eso
significa que podía perdurar mucho más, sin ningún tipo de visitas, en los
30.000 años que los lemurianos fueron pleyadianos y tuvieron maestras
pleyadianas. De modo que aquí estamos, la enseñanza empezó cuando la siembra
estuvo completa. Ustedes no van a encontrar eso en las escrituras; encuentran
una historia de la creación y luego todos se van. Eso de por sí no tiene
sentido, queridos, no es lógico que Dios los pusiera en un lugar y les diera
este bello conocimiento y luego no hiciera nada con eso, nada de enseñanza,
ninguna instrucción. Es casi como que la oscuridad se fue a la luz y luego los
ángeles desaparecieron. Eso ni siquiera es lógico, queridos. No. Hubo
enseñanza. Y las primeras cosas que se enseñaron, las primeras, con la
rueda de enseñanza con cinco radios, fue: quién eres tú. Eso es lo que los
pleyadianos querían que ustedes supieran: de dónde venían ustedes, de qué se
trataba esto, cómo funcionaba. Toda la enseñanza estaba allí, la enseñanza del
regreso al centro, la enseñanza de que ustedes tienen a Dios en su interior, y
las semillas de quienes les estaban enseñando.
Que los ángeles descendieron al Jardín del Edén y a
Adán y Eva, e hicieron lo que ustedes han oído que hicieron, ¿realmente tiene
sentido que no les hayan dicho a ambos: "Y ahora ustedes tienen lo que
nosotros tenemos"? "Y ahora tienen en ustedes lo que es la Luz,
y ahora tienen en ustedes una pieza del Creador, que nosotros hemos colocado en
ustedes. Úsenla sabiamente. Aquí hay algunas sugerencias." No hubo
nada de eso, no les dieron nada de eso. La verdad es que nos quedamos y
enseñamos. La Fuente Creadora, representada por los pleyadianos, se quedó y
enseñó. Y enseñamos durante largo tiempo. No tiene sentido darles la biblioteca
sin enseñarles a leer. Y es lo que hicimos.
Y la razón para contarles esto, es que a ustedes se
les perdió algo, y lo necesitan de vuelta, y lo necesitan rápido. Uno de los
aspectos más hermosos que se les enseñó - las maestras pleyadianas, ustedes las
llamaban las madres de las estrellas, las maestras - se sentaban y vertían
información hermosa, y le decían a los niños: Mira a tu madre, (queriendo
decir, la que era maestra) quiero que nos mires, porque un día tú, ustedes,
serán nosotros. Quiero que nos mires a nosotros de las estrellas, porque este
es el linaje de la Tierra. Quiero que nos mires y veas la belleza del Dios que
te ha creado, que está en nosotros, y está en ti. Queremos que entiendas que
siempre volverás al centro, sin importar cuántas vidas que crees que tienes,
sin importar cuánto tiempo vives, esto va en ambos sentidos, vienes y te vas de
este planeta, el centro, tú vienes y te vas porque este es el sistema. ¿Lo ves?
siempre retornas a la creación y luego vuelves, y vienes, y vas, es hermoso. Es
un sistema de tira y empuja, ir y venir, con la belleza del Dios interior; tú
eres Dios.
Eso se enseñaba a los niños, y ellos lo entendían.
Lo entendían porque lo estaban viendo, lo veían. Los niños se volvían adultos,
y los hijos de estos niños aprendían lo mismo. Y allá iban, akáshicamente, para
nacer otra vez en otros lugares del planeta para llevar este mensaje, y llevar
este mensaje, y llevar el mensaje. Y con la civilización, queridos, con el
libre albedrío, la naturaleza humana y la eficiencia de oscuridad/luz empezaron
a cambiar, y ustedes saben qué sucedió.
Con libre albedrío, se eligió la oscuridad por
encima de la luz. Entonces muchas civilizaciones se autodestruyeron, porque ya
no entendían otra cosa que la oscuridad. Aquellos que sí entendían y tenían la
plena experiencia del Dios interior, eran dejados de lado y apaleados. Había
demasiado poder en la luz, y la oscuridad lo sabía.
Y lentamente, ustedes tuvieron esto en lo que
crecieron, queridos. Una civilización tras otra creó más o menos la misma
proporción de luz/oscuridad. La luz fue ocultada, dejada de lado. Es
interesante, en cada civilización sucedió algo: surgieron sociedades secretas,
y estas sociedades secretas tuvieron que esconder el conocimiento del Dios
interior. Pero la oscuridad dijo: "¡Miren! Allí hay una sociedad secreta,
deben estar haciendo cosas malas, debe haber brujería allí. No vayan allí, no
crean en ellos". El comienzo de las conspiraciones, el comienzo de la
oscuridad en todos los rincones, el comienzo de la desconfianza, incluso de
aquellos que tenían el conocimiento del Dios interior en la sociedad secreta,
eran llamados "el diablo". Y la oscuridad parecía ganar siempre,
porque los seres humanos creían en lo peor en todas las cosas. Eso define a la
energía oscura. Y la belleza del Dios interior fue suprimida.
Es casi como si tuvieras un trozo de oro, brillando
como el sol, que eras tú, y con el tiempo el polvo y la suciedad lo cubrieron y
el oro se fue. Y aquí estás hoy, con oro polvoriento. Ahora bien, eso es una
metáfora para la falta de autoestima. Es común, es común no solo en las almas
antiguas; es común en todos los humanos. Porque la mayor parte de la humanidad
que ha venido y se ha ido de este planeta, que ha reencarnado, experimentó
esto, igual que tú. Decir tal vez que tú eras Dios, o que tenías algún poder, o
que sabías cómo funcionaba la consciencia, sería una sentencia a muerte. Hasta
los chamanes, los que podían hacer magia, a los que se recurría para cambiar el
clima, incluso ellos estaban todo el tiempo en problemas. Porque si algo no
ocurría de la forma exacta y correcta, les echaban la culpa, y a menudo los
mataban. A algunos de ustedes les pasó. Ustedes fueron ellos, son sus propios
antiguos, y en eso, almas antiguas, algunos de ustedes fueron ellos.
Algunos de ustedes nacieron espirituales, con
conocimiento, y tan pronto pudieron crecer y caminar, estaban siguiente el
mismo camino otra vez más, sin creer nunca en sus padres, sin acudir a ciertos
tipos de organizaciones religiosas estructuradas. Otros despertaron más tarde,
pero todos ustedes tenían el oro polvoriento. La falta de autoestima viene de
vidas de que no les creyeran, de tener que esconderse en un lugar oscuro.
Algunos despertaron con el conocimiento intuitivo de no traspasar los límites
de la luz, comportarse; no salir del armario demasiado pronto. O no salir en
absoluto. Porque podían tener que pasar por lo mismo. Pero incluso los que sí
salieron, incluso los que enseñan, incluso los que escriben los libros, incluso
los que se sientan en esa silla y canalizan, tienen oro cubierto de polvo.
Alma antigua: la verdad te fue dada por los que te
sembraron. Qué hiciste con ella, puedes mirar alrededor y verlo. Transformada
en reglas, en negatividad, en disfunción, en muchas cosas. Incluso aquellos que
conocen la verdad sobre el radio del regreso, sobre la enseñanza original, aun
si lo saben, tienen el oro sucio, oro polvoriento. En otras palabras, en este
salón y escuchándome, esos humanos que tanto quieren avanzar, esos humanos que
dicen "Sí, estoy viendo la luz", todavía sufren por miedo, dudas, y
falta de autoestima. Nosotros lo sabemos. ¡Nosotros lo sabemos!
Ahora quiero que ustedes reconozcan esas palabras.
El Espíritu, Dios, la Fuente Creadora, como quieras llamarla, conoce este asunto,
y está preparada para ayudarte a limpiar el polvo para que empiece a brillar
como luz. Y todo lo que tienes que hacer es empezar a reclamarlo, y si
quieres algo para imaginar, si quieres una visualización, usa la que acabo de
darte. Alma antigua, tú brillas como el Sol. Como oro puro, pulido de tal modo
que puedes ver tu rostro en él. Y quiero que consideres por un momento
cómo sería tomar tu mano, incluso sin un paño, y limpiar ese polvo del oro, ese
polvo que está sobre el oro y ver tu cara. Ver el reflejo de tu cara en él. Y
la metáfora sería para ti que al hacerlo que estás limpiando la duda. Limpiar
eso que no puedes identificar bien qué tiene de malo adentro, cuando no
crees en cosas; qué es lo que está mal cuando no quieres acompañar el programa
de la belleza, de la benevolencia, o de la compasión. Qué es lo que te impide
creer en algunas de las cosas que se te presentan. Eso es el polvo sobre el
oro. Es la historia diciéndote que no es real, es la historia diciéndote que es
lo oscuro; es la historia diciéndote que hay conspiraciones contra ello, es
todo lo que has atravesado. Y ahora mismo, en esta energía, en la
luz, ese oro está esperando que simplemente tú limpies ese polvo.
Y cuando lo hagas, incluso si empiezas a hacerlo,
incluso si lo consideras, las cosas empiezan a cambiar. Si quieres aceptar
algunos de los principios que aquí se dan, por Kryon, desde esta silla, y en
muchas sillas durante 28 años, si estás preparado para ir al nivel siguiente,
es hora de quitar el polvo. Porque eso será el catalizador de todo lo que has
pedido.
¡Oh, tú, deprimido! Yo sé quién está aquí; yo sé
quién está escuchando. ¿Es tan difícil para ti salirte de esta cosa? A menos
que sepas algo. ¡Nosotros conocemos este problema! ¡Dios no está en un
vacío, del otro lado de algún velo negro! ¡Dios no te está juzgando por lo que
hiciste o por lo que no hiciste! En cambio Dios está allí, a tu lado esperando
y diciendo: "Límpialo, sóplalo, aquí tienes un paño si lo necesitas, ¡pero
hazlo!" Y entonces verás quién eres: tu rostro en el oro, tu reflejo, ¡la
imagen del amor!
Las maestras pleyadianas enseñaban a los niños que
habían sido creados a imagen del amor. Eso es el Creador. Ellos eran creados a
imagen de la belleza de la compasión, eso es el Creador. Esa enseñanza todavía
está contigo, está en tu Akasha; todo lo que tienes que hacer es creerlo y
empezar a quitar el polvo, la suciedad, hasta que puedas ver tu reflejo y
decir: "Lo sabía; es verdad. Fui creado a imagen del amor."
Queridos, esto va a ser el catalizador más
importante en esta nueva energía para aprender todas las cosas que desean
aprender. No pueden percibir mucho más, si están en duda plena y completa sobre
quiénes son. No sucede rápidamente, sucede tan rápido o tan lento como su
pasado lo permite. ¿Lo entienden? ¿Cuál ha sido su experiencia, qué les han
enseñado? ¿Qué les han inculcado? Para algunos, no es mucho. Para otros
es mucho. De modo que algunos tendrán que trabajar más duro. Oh, tú, deprimido;
estoy hablando de ti. Pero tienes que saber que dispones de ayuda. Estamos
aquí. El Espíritu está aquí. Otros a tu alrededor, están aquí, para levantarte
y sacarte de esta depresión y llegar a un lugar - escúchame - donde ya nunca
volverás a tener ese polvo. No entrarás en depresión otra vez. El ciclo que
estás experimentando y has experimentado toda tu vida ha terminado. Estoy
hablando para alguien aquí. Y también estoy hablando a varios que están
escuchando. El ciclo se detendrá cuando te quites ese polvo, cuando finalmente
te veas como merecedor de estar en el planeta. No solo que eres merecedor;
tienes cosas que hacer (se ríe).
¿Cómo se siente saber que eso todavía está
allí? No tienes que buscarlo en ningún lugar, no tienes que ir por
eso a ningún lado, no tienes que estudiar para eso. Solo tienes que soplar y
quitar el polvo. Y lo que vas a ver es la belleza que tú eres; es mucho más
fácil ver el amor y amarte a ti mismo, cuando no estás mirando en algo en que
no puedes ver nada, un espejo que está tan oscurecido. ¿Cómo vas a verte a ti mismo
para saber quién eres cuando miras a un espejo que tiene tanta suciedad encima?
¡Límpiala! Empieza a ver ese espejo que te refleja, ese oro del Dios en
ti. Eso nunca cambió; solo la historia lo cambió, solo lo que te dijeron lo
hizo cambiar. Y ya es hora de crecer y tomar tus propias decisiones al
respecto: quién eres y cuál es tu relación con el Universo, con el Creador, con
el Dios en tu interior.
Oh, tú, bello, magnífico ser humano, ¡yo conozco
cómo luce ese reflejo! ¡Ve y hazlo! Ya es hora.
Y así es.
Kryon
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