Mes de Cáncer
Lo esencial de la vida es
la vida misma. Es el trasfondo de todo lo que existe. Es la fuerza
indestructible que sostiene todo lo creado, que está en todo y en cada uno de
nosotros y guarda el secreto de nuestra inmortalidad. Es la Voluntad Divina
expresándose a sí misma en forma de Universo.
Buscamos en el mundo
externo el sentido de la vida debido al entrenamiento mental que tenemos de ver
lo visible y no lo invisible. Pero no está ahí. El sendero espiritual es el
arte de ver lo invisible, de penetrar en el mundo de las causas, de los
significados, de los arquetipos y descubrir la inmensidad del
universo que se
nos escapa cuando solo contamos con el intelecto para percibir lo que somos. No
es la acumulación de información lo que nos lleva a percibir la vida sino la
vivencia que podamos tener de su presencia.
El intelecto es la mejor
herramienta para conducirnos en el mundo material, pero cuando queremos
penetrar los misterios de la vida, no nos sirve. Tenemos que silenciarlo de
alguna manera. La fórmula maestra de entrar en ese silencio y
contactar esa vida abundante que nos sostiene radica en unir pensamiento y
respiración. El pensamiento representa la conciencia y la respiración la
vida. Vida y conciencia unidas. Y así, simplemente observando la
respiración, con tus ojos cerrados, sentado cómodamente puedes empezar a
percibir la vida que hay en ti que es lo mismo que percibirte como vida, como
esa fuerza indestructible que es eterna y poderosa, que te saca del devenir y
te coloca en el presente.
El proceso es lento y
requiere de mucha constancia. Pero si le aplicas un ritmo, tu naturaleza
empieza a percibirlo como propio y sin darte cuenta se convierte en algo que
sucede y no en una disciplina. Es la magia del séptimo rayo aplicada a tu vida.
Cuando me refiero a un
ritmo es que te sientes a respirar todos los días a la misma hora. Puedes
empezar 24 minutos al amanecer y 24 minutos al atardecer. Es lo que recomiendan
los Maestros para aquellos que quieren recorrer el sendero espiritual. Luego
irás aumentando el tiempo de acuerdo a tus posibilidades.
Este proceso es más
importante que las oraciones, la entonación de mantras, el estudio. Porque sin
él, lo demás pierde fundamento. La vida es el fundamento de todo lo que existe,
es su base, su trasfondo y la respiración es el principio vida en ti. Tú eres
una vida consciente y pulsante. Entraste a la creación como un impulso divino.
Todo lo que buscas está en ti. Solo tienes que ingresar en ti y descubrir todo
un universo interno que le da sentido y valor al mundo externo.
Observa el milagro de la
vida que ocurre ante tus ojos. La conciencia tiene gradaciones, la vida siempre
es completa. Una flor, el cielo azul, los árboles, toda esa belleza que la naturaleza
nos regala día a día está plena de vida. No me canso de observar como las
plantas crecen majestuosas, como las flores despliegan su belleza, como la luz
solar toma tan diversos colores. Esta observación no toma tiempo, simplemente
sucede cuando empiezas a conectar la vida que hay en ti, porque una atrae a la
otra, porque son lo mismo, porque la vida es Una expresada de diversas formas.
Entonces tu mundo se transforma, no porque cambie tu circunstancia externa sino
porque cambió tu forma de percibirla.
Los sabios dicen que la
sabiduría es recuperar la memoria del origen, del Ser que eres, que revestido
de carne está experimentando la vida en la materia. No sólo eres lo que haces
en el mundo externo, tienes dimensiones mucho más grandes que ser simplemente
un terrícola. No te quedes sentado en el balcón cuando tienes una casa inmensa.
Entra en ella. La respiración te llevará a los salones internos, si se lo
permites. Y si por tu constancia y dedicación, logra conectarte con el
principio pulsante aparecerán ante ti un nuevo cielo y una nueva tierra.
“Hombre conócete a ti mismo
y conocerás el Universo.” Esta es la eterna verdad.
Entra en ti, planifica tu
tiempo, practica constantemente. No te rindas si al principio no ves los
resultados. Un esfuerzo en esta dirección nunca se pierde. Es una nota que el
Universo aprecia y guarda con celo.
Antes de iniciar tu
práctica invoca al Maestro de tu preferencia y pídele su bendición. Recibirás
ayuda.
Que el Maestro bendiga
nuestras almas.
Con el amor de siempre,
Carmen Santiago
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