Centro de Kabalah
En la porción de Vayishlaj está escrito que Yaakov estaba solo cuando el
ángel vino a luchar contra él. Y se dice que la razón por la que Yaakov estaba
completamente solo es que había olvidado unas cuantas sartenes y cacerolas al
otro lado del río después de trasladar a su familia y sus posesiones, por eso
iba solo de noche a recuperarlas. Pero Yaakov era un hombre rico, ¿por qué era
importante para él recuperar unas cuantas sartenes y cacerolas cuando
fácilmente podía reemplazarlas?
El secreto, el entendimiento, que nos conviene aprender de esto es que
hay una serie de hechos que conforman nuestra vida en un momento determinado, y
esos hechos, o partes diferentes de nuestra vida, son exactamente lo que
necesitamos; estas partes perfectas son independientes y no necesitan ser
influenciadas por fuerzas externas. Desafortunadamente, a menudo cuando
pensamos en crecimiento y acciones espirituales, o en manifestar algo
importante, nos viene a la mente: “Si tan solo tuviese esa cosa o esa
habilidad, podría hacer algo, podría manifestar algo, podría crecer… pero no
tengo estos elementos externos en mi situación actual, por eso no puedo hacer
nada”. Pero lo que aprendemos aquí es que todo lo que nuestra vida abarca en
este momento, desde lo que vemos como positivo hasta lo que vemos como
desafíos, es exacta y perfectamente todo lo que necesitamos.
Dado que nuestra vida se forma a cada momento con todos sus elementos,
física y espiritualmente, es perfecta para lo que necesitamos hacer; a
diferencia de lo que creemos, es decir, que necesitamos que nos ocurra algo
externo para que cambiemos, crezcamos o manifestemos algo. Pero eso no es
cierto porque todo lo que existe en este momento en nuestra vida es la
combinación perfecta de todas las cosas físicas y espirituales que nos permiten
lograr y manifestar las cosas a las que estamos destinados.
Cuando entendemos esto, nos damos cuenta de por qué era importante que
Yaakov no perdiera nada, porque esas sartenes y cacerolas formaban parte de la
configuración de su vida. Había chispas y Luz en ellas que él debía mantener
para hacer lo que necesitaba hacer. Lo mismo ocurre con las partes de mi vida,
tu vida y la vida de todos en este momento; las partes, tal y como existen, son
exactamente lo que necesitamos. Cuando inventamos excusas y decimos que
necesitamos (o no) algo externo para manifestar, cambiar o crecer, estamos
realmente diciendo que el conjunto no es perfecto; pero para que podamos
manifestar algo y crecer, tanto física como espiritualmente, no podemos seguir
diciéndonos esas excusas.
Espero que en Shabat Vayishlaj podamos crecer a partir de esta
conciencia de que nuestra vida, en todo momento, está compuesta por todas las
partes perfectas que necesitamos para hacer lo que tenemos que hacer. Y cuando
entendemos y tenemos certeza en la perfección del conjunto de nuestra vida
exactamente como es en cada momento, entonces las excusas, afortunadamente,
comienzan a desaparecer. Todas las partes de nuestra vida, positivas y
negativas, están alineadas precisamente para que logremos y manifestemos cosas;
todo está aquí y ahora, en un conjunto perfecto que nos da todo lo que
necesitamos.
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