El
pasado 22 de noviembre de 2018 a las 9:01 UT, el Astro Rey dejó atrás al
profundo e intenso Escorpio para finalmente ingresar a Sagitario, mientras que
su regente Júpiter lo ha estado acompañando desde 8 de noviembre a las 12:38 UT
y hasta el 2 de diciembre del 2019. Pero espera, aún hay más. Aunado a esto,
Mercurio también se encuentre retrogradando en este signo desde el pasado 17 de
noviembre a las 1:33 UT.
¡Vaya
situación! Ya que Sagitario es un signo de fuego, durante esta etapa sentiremos
una sensación general de armonía y bienestar interior, liberados de situaciones
complejas dando paso a sentirnos más felices con quienes somos. Así es,
aumentará nuestro deseo por cruzar puentes para ampliar nuestros horizontes y
alcanzar las estrellas. Sin embargo, debemos prestar atención a cómo manejamos
esta energía sagitariana, pues estamos bajo la influencia de Mercurio Rx.
Júpiter,
quien es el regente de Sagitario, es el planeta de la generosidad, la suerte, la
expansión y el crecimiento; y al ingresar el Sol en el signo del Centauro, nos
permite experimentar la conciencia expandida y nos conecta con potenciales
elevados, mientras que restaura el acceso y la memoria hacia las posibilidades
infinitas de nuestro ser.
El
Sol muestra una de sus posiciones más benéficas y aventureras en Sagitario y es
tiempo de poner a brillar nuestras esperanzas, pues en esta oportunidad al
entrar el Astro Rey al signo de Sagitario se encuentra con el entusiasmo y la
expansión de Júpiter, y sentiremos que podemos lograr grandes cosas, no
obstante deberemos ser cuidadosos ya que podremos caer en excesos nocivos,
exageraciones, y en un estado de sobreexcitación y de acaloramiento, con un
actuar imprudente.
Con
El Astro Rey y Júpiter ejerciendo su energía sobre Sagitario, vuelve la
pregunta del millón: ¿Podría un mundo sin fronteras ni visados ser más efectivo
y próspero? Algunos expertos sugieren que los cambios hacia la integración de
varios Estados en este aspecto, ya están a punto convertirse en una realidad.
Se
cree que el uso de nuevas tecnologías informáticas facilitará el proceso de
eliminación de los visados en el futuro. Instituciones estatales de varios
países ya disponen de sistemas avanzados de control sobre la circulación de
ciudadanos y en un futuro este proceso irá mejorando.
Asimismo,
se cree que el siguiente paso hacia un mundo 'sin fronteras' es la creación de
grandes bases de datos dentro del marco de las organizaciones internacionales.
El acceso abierto y sin demora a este tipo de datos para las autoridades de
diferentes países simplificaría en gran medida la situación. En este sentido,
también se debe prestar atención a la modificación del pasaporte para
convertirlo en un documento capaz de almacenar una gran cantidad de información
personal de diversa índole.
Sin
embargo, para que el sistema de intercambio internacional de información
funcione con éxito y para que aparezcan las condiciones para la abolición
definitiva de los visados, es necesario alcanzar un cierto nivel de confianza
entre los países del mundo que es imposible sin un acercamiento estratégico. A
largo plazo, no existe ninguna otra alternativa para el desarrollo mundial,
pero hoy en día uno de los desafíos principales proviene de la emigración
ilegal desde las regiones poco desarrolladas que amenazan con traer la
inestabilidad al mundo ya integrado.
Las
barreras fronterizas entre casi todos los países europeos se han derrumbado. Ya
no se pagan aranceles para las mercancías que cruzan de un país a otro, ni se
piden pasaportes a los ciudadanos gracias al acuerdo firmado en la ciudad
luxemburguesa de Schengen, por lo cual se ha creado el espacio Schengen,
una enorme extensión de 26 países sin barreras internas. Siguen existiendo los
gobiernos, pero han perdido muchas potestades. La globalización, para bien o
para mal, parece un proceso sin retroceso. Ya no es que el capital se traslade
al extranjero en busca de mano de obra barata, sino que está en diferentes
lugares al mismo tiempo produciendo mercancías confeccionadas por partes en
diferentes países.
Recientemente,
la Organización de Naciones Unidas (ONU) ha acordado "formas amplias"
para hacer frente a la oleada de desplazados, superando las cuestiones de
"desconfianza" para elaborar el primer pacto de migración.
El
acuerdo, aprobado por los 193 países miembros de la ONU, excepto Estados Unidos
que se retiró en 2017, tiene como objetivo hacer que la migración sea segura y
ordenada, contemplando cuestiones de soberanía nacional y cooperación
internacional, según han informado funcionarios de la ONU.
En
el mismo orden de ideas, el secretario General de la OEA Luis Almagro, puso
énfasis en la necesidad de defender los derechos de los migrantes. “Los
migrantes son, ante todo, seres humanos con derechos humanos, y no se les puede
presentar únicamente como agentes de desarrollo económico. No se debería
considerar o presentar a los migrantes únicamente como víctimas indefensas, que
es necesario rescatar, ni como delincuentes impostores”, afirmó.
“Debemos
recordar a todos que los derechos humanos son el tema central de todos los
debates sobre los migrantes y de las políticas migratorias. Todos los
migrantes, en virtud de su dignidad humana, están protegidos por el derecho
internacional de los derechos humanos, sin discriminación, en condiciones de
igualdad con los ciudadanos, independientemente de su situación administrativa
o de su condición,” continuó Almagro.
Alrededor
de 250 millones de personas en todo el mundo son migrantes, según datos
recogidos por Naciones Unidas, o lo que es lo mismo, un 3,4% de la población
mundial, cifra que aumenta significativamente cada año. Por lejos, un mundo sin
fronteras es una realidad utópica hasta ahora, que poco a poco se vislumbra
cada vez más cerca.
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