Fundación Desarrollo Nuevo Pensamiento
CARTA A LOS GRUPOS
Mes de Sagitario 2018
La Ruta del Corazón
Quiero compartir con todos ustedes las
experiencias del pasado Décimo Cuarto Congreso Internacional del Nuevo
Pensamiento LA RUTA DEL CORAZON, encuentro que culmina una serie de tres
congresos dedicados al Señor Maitreya y su Plan de Amor y de Luz.
Llegamos sesenta personas a La Habana
procedentes de Argentina, México, Puerto Rico, Nicaragua, República Dominicana,
Miami, Venezuela, España y Brasil. Con los hermanos de Cuba éramos más de
noventa. Juntos sorteamos la marea de problemas, que a última hora se nos
presentaron, como los surfistas que gozosos permanecen victoriosos sobre las
olas del mar.
Puedo decirles, sin que me quede duda,
que se alcanzaron planos de conciencia muy, muy elevados. La asistencia del
mundo invisible y de nuestros amados Maestros fue sentida por todos. El cielo
se abrió y la radiación de los benditos guardianes estelares nos bañó. La
Vibración Violeta Cósmica (CVV) llegó a raudales. Y los corazones respondieron
reconociendo en el Corazón del Sol el Hogar que, en algún
espacio-tiempo de la eternidad, nos vio partir.
Y uno se pregunta ¿qué fue ese extra que
logró tal grado de elevación y la formación de la conciencia grupal como algo
que surge natural, sin pensarlo ni proponerlo? ¿Qué nos fundió en uno de tal
forma que pudimos elevarnos y ofrecernos de esa manera? ¿Falta de
inconvenientes? No, en absoluto. Tuvimos una resistencia muy alta de las
fuerzas oscuras que lejos de debilitarnos nos convenció que el trabajo era
crucial. Y todos, todos dijeron de una forma u otra: Aquí estoy, yo vengo a
ofrecer mi corazón.
Se creó lo que podemos llamar la tensión
ashrámica necesaria para los grandes trabajos de Luz. Y algo sumamente
importante; cada uno de los participantes se sintió protagónico. Acuario
circulaba sin trabas. Lo grupal sobre lo individual. Todos juntos ofrecidos.
Todos en acción, interna y externa. Todos diciendo “aquí estamos.” Todos
cuidando a todos y pendientes unos de otros. Nuestros hermanos cubanos se
movían buscando darnos lo mejor e iban creando ondas de amor que circulaban en
la Logia, aquella bendita Logia que nos acogió cuando nos quitaron el espacio
acordado y nos dio el templo que necesitábamos. Y cada uno ofreciendo los dones
del corazón con un gozo profundo sin tener en cuenta el calor ni las
incomodidades. Y no fue difícil, porque nuestra conciencia no estaba en el
cuerpo.
Todo esto se daba sin palabras, sin
acuerdos verbales, simplemente sucedía. Yo observaba agradeciéndole a mi
alma que me permitió ver y darme cuenta de lo que estaba pasando.
Les digo, mis hermanos, vi el futuro.
Sentí ese aire celestial que Acuario nos trae si somos capaces de recibirlo.
Ese amor que sale del alma que es un poder invencible, esa convicción que
juntos podemos más, que somos una fuerza que puede abrir caminos impensables y
ser lo que proclama la Gran Invocación en su segunda parte cuando dice: “
Ha llegado, para la Fuerza Salvadora, la hora de servir…” Fuerza
Salvadora que el Maestro DK reconoce como la humanidad misma.
Si mis amigos, tuve esa sensación de
poder que da la voluntad y el amor unidos. De que no hay imposibles cuando el
alma humana puede expresarse y ser las manos y los pies de Aquellos, que desde
las esferas de Luz, dirigen y sirven el Plan de Dios sobre esta Tierra.
A pesar de lo que estamos viendo en el
mundo, podemos afirmar que hay esperanzas. Podemos revertirlo todo. Solo
tenemos que ser lo que somos. Alcanzar ese plano, un poquito más allá de la
mente y dejar que el poder del corazón humano se despliegue como una fuerza
salvadora.
Aprendimos por la vivencia. Por el
sentir. Por el gozo de estar en el presente. Por la luz que desplegaron las
ponencias. Por el amor fraternal y las Presencias Benditas que nos
acompañaron.
Que esta luz desplegada con tanta
brillantez les llegue al corazón de todos ustedes y les susurre en la intimidad
del templo interno: Hay esperanzas. “Ha llegado para la Fuerza
Salvadora la hora de servir, que se difunda por el mundo Oh
Todopoderoso”. Lograremos la Era de Acuario como la soñamos. La
humanidad lo puede hacer. Tiene todo lo necesario. Solo necesitamos que
las almas de los hombres despierten a la luz…
Les ofrecemos la oración que repartimos
como recordatorio del compromiso adquirido y los invitamos a rezarla todos los
días.
“Abro mi corazón a la magia solar y me
entrego a Maitreya. Sus ojos son mis ojos, los ojos de la Madre Divina. Veo lo
bueno, lo bello y lo verdadero en cada situación, en cada cosa y en cada ser
humano. La misericordia y el perdón presiden mis actos. Yo soy un corazón
entregado a Maitreya transitando la ruta del corazón.
Reciban nuestro amor, eterno, constante.
Carmen Santiago
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