Hay leyendas que se alzan como hermosas historias que ilustran la realidad
psicológica de nuestras vidas. Esta que hoy os acercamos es una de ellas.
«Cuenta
la leyenda, que un día la verdad y la mentira se cruzaron.
-Buen
día- dijo la mentira.
-Buenos
días- contestó la verdad.
-Hermoso
día- dijo la mentira.
Entonces
la verdad se asomó para ver si era cierto. Lo era.
-Hermoso
día – dijo entonces la verdad.
-Aún
más hermoso está el lago- dijo la mentira.
Entonces
la verdad miró hacia el lago y vio que la mentira decía la verdad y asintió.
Corrió la mentira hacia el agua y dijo:
-El
agua está aún más hermosa. Nademos.
La
verdad tocó el agua con sus dedos y realmente estaba hermosa y confió en la
mentira. Ambas se quitaron la ropa y nadaron tranquilas. Un rato después salió
la mentira, se vistió con las ropas de la verdad y se fue.
La
verdad, incapaz de vestirse con las ropas de la mentira comenzó a caminar sin
ropas y todos se horrorizaban al verla. Es así como aún hoy en día la gente
prefiere aceptar la mentira disfrazada de verdad y no la verdad al desnudo».
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