El comienzo del mes, el
Rosh Jódesh o la Luna Nueva, es un momento muy importante porque cualquier
conciencia que tengamos en esas primeras 24 horas es lo que manifestaremos a lo
largo del mes. Por lo tanto, es importante que cuando comencemos cada mes,
entendamos lo que está disponible para nosotros a fin de que podamos despertar
esa conciencia. En este sentido, al entrar en el mes de Cáncer o Tamuz, nos
interesa conocer los regalos que tenemos a nuestra disposición para saber dónde
concentrarnos.
"¿POR
QUÉ ESTOY AQUÍ?”
En El libro de la
formación, una de las obras kabbalísticas más antiguas, escrita por Avraham
el Patriarca, se habla sobre las diferentes energías de cada uno de los doce
meses, y explica que lo que es único sobre el mes de Cáncer es que los ojos, la
capacidad de la visión, fueron creados en este mes. Obviamente, cuando habla de
la visión no solo se refiere a la habilidad de ver físicamente; hay algo más
profundo e importante detrás de esta enseñanza. Por ende, me gustaría compartir
una idea acerca de la visión espiritual y cómo podemos ver nuestra vida de
forma diferente con relación a nuestra situación actual.
La idea se relaciona con la
historia de la Torá de la porción de Shlaj Lejá y los doce espías. Cuando los
israelitas salieron de Egipto, llegaron a la frontera de lo que se conocía como
la Tierra de Israel, y enviaron a doce espías para que regresaran con un
informe sobre la tierra. Diez de los doce espías volvieron después de cuarenta
días y decían cosas terribles: la gente que allí habitaba eran gigantes, mucho
más fuertes que los israelitas, y que nunca dejarían que los israelitas vivieran
en paz ahí. Por lo tanto, según lo que ellos dijeron, no era buena idea en
absoluto entrar en esa tierra. Y como muchos sabemos, la mayoría de los
israelitas les creyeron a los espías que decían cosas malas y decidieron no
entrar. Nadie de esa generación llegó a pisar la Tierra de Israel.
Entonces, quiero enfocarme
en una pregunta que hacen los kabbalistas. Los espías fueron enviados por Moshé
para que regresaran con un informe, y lo que ellos dijeron cuando regresaron
fue la pura verdad; había gigantes y era imposible vencerlos. La gente que
vivía allí en la tierra no permitiría que este gran grupo de personas entrara y
viviera en paz. Así que, ¿cuál era el propósito de enviar a los espías si Moshé
sabía que su único informe veraz sería que la tarea era imposible?
"¿CUÁL
ERA EL PROPÓSITO DE ENVIAR A LOS ESPÍAS?"
La respuesta que dan los
kabbalistas no es solo acerca de esa historia, sino más importante aún, acerca
de nuestra vida. Cada uno de nosotros viene a este mundo a lograr ciertas cosas
y a influir a un cierto número de personas. Quizá solo sea a nuestra familia,
quizá sea a nuestro grupo de amigos, o tal vez incluso a un grupo más amplio
que ese; pero cada uno tiene una tarea específica por la cual su alma vino a
este mundo, una tarea que no puede realizar ninguna otra persona. ¿Cómo
llegamos a tener la visión de lo que es esa tarea, el propósito de nuestra
alma? ¿Cómo sabemos si estamos marchando en la dirección correcta?
Los kabbalistas nos dicen
que si aquello que entendemos como el propósito de nuestra alma en este mundo
nos parece posible, si creemos que tenemos la sabiduría, los medios y la
capacidad para alcanzarlo, entonces ese no es nuestro propósito. Porque el
propósito por el cual vinimos a este mundo, si lo vemos desde nuestra situación
actual, debería parecernos imposible de lograr. Si creemos que entendemos por
qué estamos aquí y creemos que podemos ver cómo llevarlo a cabo, estamos
equivocados. Tener una visión verdadera de nuestro propósito significará que
nos preguntemos: “¿Cómo es posible que logre eso? Aunque sienta que es mi
propósito, no veo cómo tendría la capacidad para hacerlo”. Si hacemos esas
preguntas, entonces estamos en el camino correcto, porque lo que necesitamos a
fin de alcanzar el propósito por el cual vinimos a este mundo es mucho más que
nuestras habilidades actuales.
Para retomar el relato de
los espías, hicimos la pregunta: ¿por qué Moshé enviaría a los espías para que
regresaran con un informe que él sabía que sería abrumador? Porque él quería
decirles a los israelitas y a nosotros: “Observa tu vida, mira tu propósito, y
pregúntate constantemente: ‘¿Por qué estoy aquí?’”. Y si tenemos una visión de
ello y creemos que es factible y no es abrumador, entonces no estamos yendo en
la dirección correcta; cualquiera que sea nuestro propósito, será innatamente
abrumador, y es por ello que los espías tenían que regresar a los israelitas y
decirles: “Esta es una idea maravillosa. Quizá sea la razón por la que estamos
en este mundo, pero es imposible lograrla”. Porque si lo hubiesen intentado,
habrían profundizado más en su interior y en su conexión con la Luz del
Creador, y habrían podido descubrir nuevas fortalezas, capacidades y sabiduría.
Sin embargo, los espías dijeron que era abrumador y ellos, por consiguiente, se
rindieron. Ese fue el error; el siguiente pensamiento debió ser sobre por qué
estaban en este mundo y después encontrar la fortaleza, la conexión y la
sabiduría para alcanzarlo.
Una de las maneras de saber
si algo es realmente nuestro propósito es pensar en aquello que creamos que es,
y preguntarnos si es abrumador. Si parece que es algo que no tenemos todas las
capacidades para lograrlo, entonces probablemente tengamos razón en que ese sea
nuestro propósito. Pero si lo observamos y decimos: “Para esto estoy aquí. Desde
luego, me llevará tiempo, pero lo lograré”, entonces no estamos viendo la
visión total del propósito de nuestra alma. Es una visión que verdaderamente
nos conviene tener y que podemos obtener durante este mes de Cáncer. Nos
interesa poder vivir cada día de nuestra vida sabiendo, al menos, que estamos
yendo en la dirección correcta para cumplir el propósito de nuestra alma en
este mundo, un propósito que es particular para nosotros. Y tener una visión de
ese propósito, si lo pedimos, es el regalo que podemos recibir en el mes de
Cáncer.
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