The Kabbalah Centre
Batya Solomon
Hace poco le pedí a mi hija que
me acompañara a un evento social mientras pasaba tiempo en casa de vacaciones
de la universidad. Ella aceptó acompañarme. No pude evitar notar que lo pensó
dos veces porque, mientras nos alistábamos para salir de casa, ella se aseguró
de mencionarme que de verdad no tenía ganas de ir. Lo estaba haciendo por mí.
“Gracias”, le contesté.
"EL AMOR ES UNA DECISIÓN QUE EJERCES CON TUS ACCIONES".
Esta respuesta no la satisfizo. Así que reiteró que no tenía deseos de
ir. Una vez más, le contesté con un simple “Gracias”.
Para cerciorarse de que yo estuviera al tanto de su opinión, añadió: “Si
sabes que no quiero ir y que solo lo hago por ti, ¿no te molesta?”.
“Desde luego que no”.
“¿Por qué no?”.
“Porque te estoy ayudando a desarrollar los músculos de las relaciones”.
“¿Los qué?”.
“Necesitarás fortaleza mental para concentrarte en alcanzar tus metas
espirituales, así como tus metas escolares, profesionales, maritales, de
relaciones personales y crianza de tus hijos; todo lo que necesitarás para una
vida exitosa”.
“¡¿Qué?! No entiendo. ¿Qué tiene que ver acompañarte a un evento al que
no quiero asistir con todo lo que mencionaste?”.
“Pues, cariño, puede que esto te sorprenda, pero ¿crees que yo de verdad
quise dejar de dormir noches completas por siete años? Sabes cuánto me encanta
dormir. Me levantaba cada vez que tú o tus hermanos lloraban de noche. ¿Crees
que estaba muy emocionada por darles todo mi tiempo y energía cuando estaba
exhausta o no me sentía bien o simplemente quería tiempo a solas? No. Yo te
puse por encima de mis necesidades. Y es una decisión que tomé constantemente.
La razón por la que lo hice no es porque yo sea una mártir, sino porque estaba
y estoy involucrada en esta relación. Te elijo a ti porque mi decisión de
invertir en nuestra relación me da plenitud a largo plazo. La plenitud no se
desarrolla por sí sola. Amarte es mi decisión. De hecho, escoger el amor por
encima de la comodidad es la decisión más sabia y más difícil que cualquiera
puede tomar… ¡y vale mucho la pena!”.
Aunque ella estaba un poco molesta porque no había ganado en nuestra
conversación ingeniosa, me abrazó y me agradeció por quererla; lo cual, dicho
sea de paso, sumó a mi plenitud a largo plazo.
Tenemos que ejercitar la mentalidad de autosacrificio al igual que a un
músculo. Cuanto más la usemos, más fuertes nos volvemos. Cuanto más vivamos en
el estado llamado “amor”, más podremos mejorar la calidad de nuestra vida.
El amor no es una emoción que sientes cuando te sientes atraído por
alguien. Eso se llama “capricho” y usualmente tiene una existencia temporal.
El amor es una decisión que ejerces con tus acciones. Desarrollas el
amor al igual que un músculo. Sabes que estás ejercitando tu músculo del amor
cuando tu conciencia corpórea quiere hacer lo que le plazca a fin de obtener
energía instantánea, y en lugar de ello es doblegada por tu músculo del amor
que decide compartir.
Suele ser incómodo o de plano doloroso el momento de superar nuestra
programación robótica del “Deseo de Recibir para Sí Mismo” que todos tenemos en
nuestro interior. Pero no dejes que eso te detenga. Un pinchazo ahora vale la
felicidad que se construye gracias a él. El matrimonio requiere muchísimo
ejercicio del músculo del amor para que pueda funcionar. Ser padres mucho más
todavía. ¿Quieres desarrollar una carrera muy exitosa? Probablemente implique
trabajar más de 40 horas a la semana. Si quieres lograrlo, sabes que tendrás
que hacer sacrificios para alcanzar tu plenitud en el trabajo, al igual que en
el amor.
¿Quieres un promedio de notas alto? Dedica tu tiempo “libre” a ir a la
biblioteca o leer libros en casa en lugar de salir con tus amigos cada vez que
desees. Sé que suena desalentador, pero, lo creas o no, es así como desarrollas
una autoestima alta y también relaciones satisfactorias y duraderas.
Mi consejo para todos los padres: nunca es demasiado temprano para
enseñarles a sus hijos las leyes espirituales de la vida.
"NUNCA ES DEMASIADO TEMPRANO PARA ENSEÑARLES A SUS HIJOS LAS LEYES
ESPIRITUALES DE LA VIDA".
Cuando mis hijos eran pequeños, solía leerles cuentos antes de que se
durmieran.
Uno de nuestros favoritos era una fábula llamada “La gallinita roja”.
En la fábula, la gallinita roja encuentra un grano de trigo y pide ayuda
a tres otros animales de la granja —un pato, un perro y una cabra— para sembrar
la semilla para cosechar trigo y poder hacer pan; pero todos dicen que no.
En cada fase posterior (la cosecha, la trilla, la molturación para
convertir el trigo en harina, y luego hornear la harina y convertirla en pan),
la gallinita vuelve a pedir ayuda a otros animales, pero, de nuevo, no recibe
ninguna ayuda.
Finalmente, la gallinita completa su tarea y pregunta quién la ayudaría
a comer el pan. Esta vez, todos los que no quisieron participar estaban muy
dispuestos a ser voluntarios, pero ella rehúsa diciendo que nadie la había
ayudado con el trabajo. Entonces, la gallinita come el pan con sus polluelos y
no deja para nadie más.
Nunca es demasiado tarde o demasiado temprano para aprender las reglas
de la plenitud mediante el sistema de causa y efecto.
Desarrollar conexión en las relaciones implica una inversión a largo
plazo. La plenitud exige un proceso obligatorio de esfuerzo constante. Otro
ingrediente clave es hacerlo con amor.
Todo se reduce a esos momentos en los que quizá no tengas deseos de
salir de tu marco para compartir con un ser querido… pero lo haces de todas
maneras. Esta es una de las formas esenciales en las cuales desarrollamos
nuestros “músculos del amor”. Es bueno para tus seres queridos y, más importantes
todavía, es beneficioso para ti.
La calidad de las relaciones fundamentales como el matrimonio o la
paternidad depende del desarrollo de nuestros “músculos del amor”, la capacidad
de doblegar nuestros deseos egoístas para poner primero a alguien más. Esto es
lo que nos ayuda a sentirnos conectados con nuestro valor interior y a
desarrollar relaciones duraderas y significativas con todos los demás. Si solo
hiciésemos lo que queremos hacer cuando queremos hacerlo, no desarrollaríamos
la capacidad de sentirnos conectados interiormente, no podríamos mantener
relaciones sanas a largo plazo; lo cual abre la puerta a muchos otros
problemas, pero, sobre todo, a la tristeza. Cada decisión que tomamos tiene una
consecuencia, incluso si pensamos que no es trascendental. La ley espiritual de
causa y efecto se ocupará de ello.
En resumen:
Compartir consciente constante
+ Tiempo
+ Paciencia
+ Amor________
Una vida plena
¿Vale la pena? Saca la cuenta.
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