Michael
Berg
Rav
Áshlag enseña que el verdadero camino espiritual, lo que él llama el camino de
la Columna Central, es exacto y estrecho; tanto así que, cuenta él, es posible
que una persona que recorre el camino espiritual esté peor que alguien que no
recorre ningún camino espiritual. ¿Por qué? Porque dar un paso fuera del
verdadero camino puede provocar más daño que no dar ningún paso.
El
propósito del ingreso del alma en este mundo físico es llegar a lo que Rav
Áshlag llama devekut, la reunificación completa con la Luz del
Creador. No obstante, la reunificación del alma con la Luz del Creador requiere
de una enorme cantidad de trabajo, uno en el que tenemos que asegurarnos de que
cada paso que demos esté en el camino que nos llevará de regreso a este devekut. Pero
¿cuáles son estos pasos hacia la reunificación con la Luz del Creador?
Hay
620 pasos que nuestra alma tiene que dar desde que llega a este mundo hasta el
momento de reunificación con la Luz. Estos 620 pasos están compuestos por las
llamadas 613 mitsvot en la Torá y las siete herramientas no
escritas en la Torá que los kabbalistas activaron posteriormente. El Zóhar
clasifica a la Torá, la sabiduría y las herramientas como los caminos hacia la
Luz del Creador. Son como indicaciones desde el punto de partida de nuestra
alma hasta su meta de reunificación con la Luz. Imagina que tenemos Google Maps
y hay 620 rutas; elegimos una, doblamos a la izquierda y luego tenemos una
nueva, doblamos a la derecha y llegamos a otra, así sucesivamente. Hay 620
rutas para nuestra alma y recorrerlas es la única manera que tiene de avanzar
desde su nacimiento en este mundo físico hasta la reunificación con la Luz del
Creador.
Por
ejemplo, una de las siete herramientas que forma parte de estas 620 rutas es
el Halel, una oración que decimos en las festividades y en Rosh
Jódesh, la Luna Nueva. La decimos miles y miles de veces a lo largo de nuestra
vida. ¿Por qué? Porque cada vez que la decimos es como si creáramos una ruta.
Por tanto, la primera vez que la decimos hacemos un pequeño agujero.
La
segunda vez, lo hacemos un poco más grande, la vez número 1500 se vuelve aún
más grande y así sucesivamente. Esa es la razón de esta repetición y del uso de
todas las herramientas; todas son como taladros que usamos para crear las
rutas. Al final creamos 620, cada una de las cuales es tan amplia como debe ser
para que nuestra alma la recorra y, finalmente, se reúna con la Luz del
Creador. Por lo tanto, está claro que es muy importante que creemos estos
caminos.
También
es importante entender que es necesario el esfuerzo por continuar el camino
espiritual, incluso cuando el cuerpo lucha contra ello. Sin el cuerpo, el alma
no crearía estas rutas; para crear las rutas necesita que la conciencia del
cuerpo luche contra las conexiones y el uso de las herramientas. Sólo esa lucha
puede crear las rutas. Y luego, el cuerpo y el alma pueden alcanzar devekut y
reunificarse con la Luz del Creador.
Por
eso, reitero, los tres diferentes aspectos del trabajo espiritual (que en
realidad solo son uno) son los siguientes: el individuo que intenta luchar
contra la conciencia del cuerpo y reconectarse con la Luz del Creador, la Luz
del Creador con quien el alma desea reunificarse y las 620 rutas que deben ser
creadas entre el cuerpo y el alma para alcanzar la reunificación. Rav Áshlag
nos dice que, cuando una persona desarrolla su conexión espiritual y está en su
verdadero camino, comienza a ver estas tres cosas como una. Afortunadamente,
este es un entendimiento que de verdad puede darle a nuestro trabajo espiritual
todo un propósito completamente nuevo y emocionante
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