v Acomódale la cruz en el hombro a tu
hermano, pero nunca se la levantes del suelo.
v Pitágoras pensaba que el hombre orgulloso
es un factor de perturbación y de discordia, incapaz de progresar en el camino
de la perfección, lo que explica la importancia que daba el maestro al
cumplimiento de esta gran prueba moral.
v El hombre iluminado no puede experimentar
resentimiento alguno contra el bastón del ciego que le pega.
v En Nuestra Escuela, dejamos a los soberbios
el título de sabios. Nos conformamos con merecer sólo el modesto nombre de
filósofo...
v Celoso de nuestra independencia decía:
rechazamos la protección de los gobiernos, ya que no se protege a los hombres
que saben bastarse a sí mismos.
v El médico y el enfermo no se acuestan
juntos.
v La única patria que reconocemos es la
patria humana.
v Pitágoras decía que la sabiduría enseña que
conviene ser tres por los menos en los paseos nocturnos y apartados, no más de
diez a la mesa y uno solo al baño
v Si se te obliga a usar armas homicidas,
múdate a otra parte.
v Un hombre que posee una numerosa familia,
no puede dedicarse a su propio desarrollo espiritual ni cuidar la educación de
todos sus hijos.
v Más vale para un hombre ser toro por un
día, que no buey toda su vida.
v El genio, la sabiduría y el amor al prójimo
son valores universales, que no tienen otra patria que la Humanidad.
v Todos los sistemas del Misticismo religioso
están basados sobre los número.
v No te vuelvas enemigo del hombre del cual
dejas de ser amigo.
v No veas en tu enemigo más que un amigo
extraviado.
v Venera el número diez. No sólo es el de los
dedos de ambas manos una con la otra, sino también el símbolo del hombre y la
mujer.
v El padre levantará una casa para sus hijos.
Los hijos consagrarán una tumba para su padre.
v Castiga con severidad a tu hijo culpable de
la muerte de un insecto. El homicidio ha comenzado así.
v El alma no tiene permanencia en un cuerpo
rebelde a la armonía.
v Si te encargas de negocios públicos,
renuncia a los tuyos.
v El pueblo no es bastante bruto para vivir
esclavo, ni bastante esclarecido como para ser libre.
v Proponle leyes a un pueblo que adora a los
animales, no a un pueblo que se ¡os come.
v Legislador, ¡castiga a¡ ciudadano que
comete la tercera falta y al magistrado que comete la primera!
v Un gran hombre lapidado, está casi seguro
de tener una estatua, tarde o temprano.
v Cuando estés cansado de los reyes y de los
pueblos, conversa con los otros animales. Es más provechoso.
v Las águilas son independientes porque no
vuelan jamás en bandadas.
v Sólo las abejas son felices bajo la
monarquía.
v Que el madrugador gallo sea el primero de
tus animales domésticos.
v No comas la carne del buey que te da su
sudor. De la vaca que te da su leche. De la oveja que te da su lana, ni de la
gallina que te da sus huevos.
v Da de comer antes que a ti, a los animales
que han trabajado por ti.
v El comienzo de la sabiduría es el silencio.
v No aspires jamás a la vanidad de ser rico;
contribuirías a que hubiese más pobres.
v No hagas ninguna cosa que no sepas.
v No vayas a África para ver monstruos,
visita un pueblo en revolución.
v No temas morir, la muerte no es más que una
parada en el largo camino de la vida.
v No seas tirano de nadie, ni siquiera de tu
perro.
v No mojes tu pan ni en las lágrimas de tus
semejantes, ni en la sangre de los animales.
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