Por Karen Berg
Esta semana nos reunimos para Rosh Hashaná, el sexto día de la Creación,
el día en el que Adán “nació”. Los kabbalistas explican que en el cumpleaños de
una persona ocurre una renovación del alma, se fortalece el propósito del
individuo en el mundo. El Rav solía decir que Rosh Hashaná es el cumpleaños de
todos nosotros porque, en realidad, todos somos Uno. La única razón por la que
tenemos un cumpleaños distinto al de nuestro prójimo es porque hemos regresado
muy seguido a este plano terrenal, pero en el nivel base, no hay
fragmentación
y Adán abarca toda la conciencia humana tal y como una semilla puede albergar
todas las emanaciones futuras de un árbol completo con todas sus hojas, ramas y
frutos.
Con eso en mente, nuestra reunión en Rosh Hashaná junto a personas de
todos los caminos de vida es un indicador de que estamos regresando a esa
Fuente, a la raíz. Debido a que sólo en esa semilla, en esa unidad de espíritu,
podemos encontrar paz, armonía e indivisibilidad. Todos regresamos a esa
semilla en la que existimos en algún momento en un ambiente de respeto armónico
mutuo. Eso es lo que Rosh Hashaná significa para nosotros.
Si alguna vez te has dicho: “Si tan sólo mi día tuviera 48 horas, podría
lograr más cosas”, pues esta es tu oportunidad para hacerlo. Los kabbalistas
consideran que esta ventana de tiempo de 48 horas es un día largo en el que
podemos atraer tanta Luz, amor y energía como sea posible a través de nuestra
unidad de conciencia y espíritu, esto lo podemos hacer para nosotros mismos,
nuestra familia, nuestra comunidad y el mundo que tanto lo necesita.
No hace falta decirles que estos últimos meses han sido apocalípticos.
Inundaciones, deslizamientos de tierra catastróficos, el eclipse solar,
terremotos, huracanes y la lista sigue.
Nuestro cariño y oraciones van dirigidos a todos los afectados. El mundo
está realmente en un estado de caos y dolor, y la Tierra dice: “¡Despierten!
¡Únanse!”. Todo lo negativo que vemos en el mundo existe debido al Deseo de
Recibir para Sí Mismo de la humanidad. Está en manos de cada uno de nosotros
controlar ese deseo y acercarnos al final de la destrucción y la miseria.
Rosh Hashaná, el cumpleaños de la humanidad, es el momento en el que podemos
cambiar las cosas. Depende de nosotros crear la energía que traerá dignidad y
respeto a todos los seres, sumergirnos en esta energía elevada durante estos
dos días y luego regresar esa energía a dónde estamos y compartirla tanto como
podamos. Ya que sabemos que la Luz de una vela nunca se debilita compartiendo
su llama. Lo único que ocurre es que, lento pero seguro, se puede llenar de Luz
la habitación que una vez estuvo cubierta de oscuridad.
Que tengas una festividad maravillosa,
Karen
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