por
Prem Rawat
En
cierto modo, esta vida es demasiado corta. Estaría bien si pudieras tomar todos
tus errores, arreglarlo todo, aparecer en algún sitio y decir “De acuerdo, ya
lo he resuelto, y estoy preparado”.
Pero
no funciona así. Se nos ha concedido un tiempo, pero no sabemos cuánto. Al
principio, sólo queremos ser felices Es todo lo que sabemos. No sabemos nada
sobre responsabilidades ni sobre lo correcto y lo incorrecto. No sabemos ser
humanos Pero sabemos que tenemos sed de ser felices signifique eso lo que
signifique Suceden cosas buenas y cosas malas. De niño el nivel de optimismo es
alto en todo momento Ayer ocurriría lo que fuese pero hoy es hoy. No se guardan
recuerdos, no hay culpas. Hiciéramos lo que hiciéramos en ese estado, no lo
habíamos planeado.
Eso
se llama “inocencia" y. para todos nosotros ese estado es precioso.
Luego
pasamos por el período de aprendizaje el agotador martilleo de información en
nuestras cabezas El abecedario. A B C No sabes por qué A es A. Simplemente es
así. Tampoco sabes por qué 1 es 1, pero así es. Y te examinan de todo eso.
Y
la cosa sigue y sigue se te está preparando para este mundo. ¿Qué significa
eso? Significa que has abandonado tus ideas y que ya estás listo dispuesto y
capacitado para hacer tuyas las ideas que te dará el mundo, incluida la de cómo
creer en Dios. Eso se define como responsabilidad. Yo lo llamo “el salto
gigante de la fe”.
Entonces
pasa algo increíble Esto no le ocurre a todo el mundo sólo a algunas personas
Se encuentran con alguien que dice: ‘No es necesario ningún salto gigante de fe
No tienes por qué saltar. Simplemente siente, siente tu propia sed. Y dicen: ¿Qué...?.
Encuentran que esta idea es novedosa pero ven en ella su propia inocencia
“La
felicidad, la alegría que quieres en tu vida está dentro de ti, y la sed de ese
sentimiento tiene que estar también en tu interior".
Entonces
preguntan: ¿Realmente es posible que haya algo tan sencillo?
Sí,
es posible. Tienes oídos porque necesitas oír. Tienes una nariz porque
necesitas respirar. Como necesitas poder ver se te han facilitado unos ojos. Y
como necesitas satisfacción -no deseas, sino necesitas- también se te ha
proporcionado la sed de ella.
Encuentra
esa sed. Ése es el primer capítulo: reconocer, comprender tu propia inocencia.
Y no como un concepto, pensamiento, idea o porque alguien lo diga. La necesidad
de plenitud está arraigada dentro de ti: no en tu lógica, sino en la inocencia
del corazón Es ahí donde la encontrarás y es ahí donde debes empezar. Si
tenemos sed y nos ponemos a buscar agua, no nos distraeremos: ¿Has visto ese
pájaro? ¿Has visto esa roca? ¡Mira esa estela en el cielo! No. Agua, agua, sólo
agua. Es una necesidad una pasión.
La
verdadera pasión de un ser humano es sentirse satisfecho. Y esa pasión ha
sobrevivido a todos nuestros descubrimientos conflictos, éxitos fracasos,
desastres catástrofes... Por muy frágil que pueda parecer ha sobrevivido Como
los seres humanos están cada vez más ocupados en crear armas de destrucción, en
ir a la Luna, en hacer mapas de la Tierra en inventar cosas, en hacer
descubrimientos, pensarás que eso se habría olvidado. Se han olvidado idiomas,
han sido olvidadas costumbres que sobrevivieron durante miles de años Pero, de
algún modo, la búsqueda de sentirse plenamente satisfecho ha sobrevivido.
¿Por
qué te digo esto? Porque se trata de una necesidad mayor de lo que crees. Es enorme.
Y deberías intentar todos los días de forma consciente, sentirte pleno, ser
feliz. No hay botón de rebobinado.
Cuando
he vuelto al hogar a este momento llamado ahora”, siento que mi corazón danza
de gratitud Quizá haya algunas lágrimas pero son de alegría, no de tristeza
Cada fibra de mi ser se regocija por estar viva No voy buscando el mañana ni
siquiera el instante que está por venir. Y eso está bien, porque es un momento
en el que podría vivir para siempre.
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