La porción de esta semana comienza con una discusión
del concepto llamado shmitá, el séptimo año en el cual se supone
que ningún trabajo sobre los campos sea realizado. Puedes trabajar por seis
años, pero en el séptimo, debes detenerte.
En aquellos días, la comida de todos provenía de los
campos que trabajaban; la mayoría de las personas eran granjeros y vendían lo
que les sobraba a otros. Esencialmente, si no trabajaban sus campos, no comían.
Pero el Creador les dice que, incluso aunque este es su modo de sustento, no
pueden trabajar el séptimo año. Esto puede resultar
problemático para ellos,
porque si no trabajaban en el séptimo año, ciertamente no tendrán comida en el
octavo y, debido a que tendrían que trabajar durante ese año, la comida estaría
disponible en el noveno… Pero el Creador les dice que no se preocupen porque
milagrosamente tendrán comida. Relacionándolo con nuestras vidas en la
actualidad, sería como si el Creador viniera y te dijera: cualquiera que sea el
negocio en el que estás, sea lo que sea que estés haciendo, deja de trabajar
por tres años… Pero aún así tendrás sustento milagrosamente. ¿Quién podría
hacer eso?
Rav Áshlag habla sobre un concepto llamado emuná
lemala min hadaat, certeza más allá de la lógica. Cuando la mayoría de las
personas piensa en la certeza, tiene alguna base en la realidad; sin embargo, emuná
lemala min hadaat, certeza más allá de la lógica, ocurre cuando todas las
indicaciones físicas te dicen una cosa y tú colocas tu certeza en lo contrario.
Existe la certeza dentro del marco de lo que es lógico, por ejemplo. Esto
quiere decir que realizo este trato de negocio y tiene sentido. Probablemente
funcionará, pero de todas maneras le meteré certeza para asegurarme de que
ocurrirá… Pero eso no es certeza más allá de la lógica.
Certeza más allá de la lógica es cuando todos los
indicadores físicos te dicen que no ocurrirá y sin embargo despiertas tu
certeza en que sí funcionará. Este es el tipo de certeza que el proceso de
shmitá estaba destinado a traer. A través de él, el Creador nos dice que si
queremos llegar al propósito por el cual nuestra alma vino a este mundo y
elevarnos hasta donde necesitamos estar, tenemos que constantemente realizar
acciones que nos empujen hacia la certeza más allá de la lógica.
Todo el propósito de la shmitá, todo el
secreto de esta enseñanza no es sobre la tierra o sobre cómo trabajarla en lo
absoluto. En el sentido físico, ni el dinero ni la comida están entrando, el
negocio está cerrado, la tierra no se trabaja así que lógicamente pensamos que
nada vendrá de ella y que moriremos de hambre. Por ende, Shmitá se
trata sobre un individuo, nosotros, empujándonos hacia esta certeza más allá de
la lógica, empujándonos en este caso a poder mantener certeza completa más allá
de la lógica en que habrá sustento.
Todos nosotros que hemos estudiado en el Centro
sabemos sobre la certeza. Conocemos la importancia de la certeza; si quieres
atraer la Luz del Creador, tienes que despertar la certeza. La vemos como una
herramienta entre todo el trabajo espiritual que hacemos. Hacemos acciones
dadoras, conectamos con el Zóhar, rezamos, nos conectamos a Shabat y
tenemos certeza. La certeza es una de las herramientas que utilizamos para
conectar con la Luz del Creador, pero ese es un error muy grande.
Rav Áshlag enseña (y este es el entendimiento
fundamental que todos cambiaremos en este Shabat, Dios mediante) que el único
propósito de todo lo que hacemos, el único propósito por el cual vinimos a este
mundo, el único propósito de nuestro trabajo espiritual es uno: hacer que
crezca nuestra certeza más allá de la lógica. Eso es todo.
Él utiliza una hermosa parábola la cual dice que es
como si viviéramos en una pequeña aldea que está bajo ataque constantemente.
Podemos ver el palacio del rey, la Luz del Creador, desde donde estamos. Pero
entre el lugar en donde estamos y el palacio del rey hay un gran océano
tormentoso con olas muy altas. Algunas personas tratan de atravesar el océano
para ver el palacio del rey pero todos se ahogan. Sin embargo, existe un
pequeño puente que va desde la villa donde vivimos hasta el palacio del rey;
del mundo del Deseo de recibir para sí mismo al mundo de la Luz del Creador. Y
ese puente, dice Rav Áshlag, el único puente que puede llevarnos de un lugar a
otro, es emuná lemala min hadaat, certeza más allá de la lógica.
No existe otra forma de llegar al otro extremo. Una
persona puede ser la más justa en el mundo, puede tener acciones dadoras
durante el día y la noche, puede conectarse con el Zóhar todo
el día y toda la noche, pero si no tiene certeza, o sólo tiene algún nivel de
certeza, nunca cruzará el océano. Sabemos que es un océano difícil, pero
pensamos que si construimos suficiente conexión, suficientes acciones dadoras,
suficientes oraciones, suficientes lecturas del Zóhar, entonces el bote
nos llevará a atravesar el océano. ¡Pero nunca lo hará!
Y ahora entendemos que de esto se trata la vida. Tener
momentos en los que la lógica dice algo, pero tú dices: no, ahora llevo mi
conciencia hacia la certeza más allá de la lógica. ¿Por qué? Porque esta es la
única razón por la que estoy en este mundo. Puedo ser la persona más espiritual
del mundo, pero si mi certeza más allá de la lógica no está creciendo, no estoy
pasando el puente para conectar con la Luz del Creador.
Todo lo que hacemos, todo el trabajo y el estudio
espiritual, todas las acciones dadoras, todas las conexiones que realizamos
tiene un propósito: darnos la fortaleza para poder empujarnos hacia la certeza
más allá de la lógica. Sólo hay un pequeño puente que puede llevarnos desde
donde estamos hasta el palacio del rey, ese puente es la certeza más allá de la
lógica. Y por ende, ése tiene que ser el único enfoque de nuestro trabajo
espiritual.
Es una oportunidad tremendamente emocionante que
tenemos en este Shabat. Todo lo que hacemos, todo nuestro trabajo espiritual,
es para llevarnos a la certeza más allá de la lógica. Y bezrat Hashem,
que tengamos el mérito, cada uno de acuerdo a su nivel, para fortalecer la
certeza y hacer que crezca. Pero más importante, necesitamos realmente entender
que esto lo es todo. Tenemos que tomar esas oportunidades. Existe sólo un
puente entre la villa problemática en la que vivimos y el palacio del rey, la
Luz del Creador, y ese puente es la certeza más allá de la lógica.
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