Las comunidades, las naciones y las culturas -todas
nuestras creaciones colectivas- han sido construidas sobre los valores y las
percepciones de la personalidad lineal (dotada de cinco sentidos), incluyendo
el arquetipo matrimonial. Han sido diseñados para contribuir a la supervivencia
física de nuestra especie. Reflejan también las decisiones que toma esa misma
especie de aprender a través del uso del miedo y la duda. Nuestro mundo entero
está construido sobre la energía de la personalidad en modo supervivencia, que
ha elegido aprender utilizando el miedo y la duda.
Las naciones temen a las naciones, las razas temen a
las razas y cada sexo tiene miedo del otro. La explotación de la realidad
física, que no deja de ser poder externo, podría haberse llevado a cabo en
medio de un espíritu de cooperación y de aprecio hacia Gaia. En lugar de eso, y
en tanto que especie, elegimos explorarla con un sentido de dominación y de
explotación. Éste es el camino del aprendizaje a través del miedo y de la duda,
miedo al mundo físico y duda de que podamos introducirnos en él como algo
natural.
Nuestro mundo refleja la forma de pensamiento básico
de que no existe otra vida más allá, de que, en esta vida, podemos tener y
obtener todo aquello que nos asegura poder. A veces, hablamos de una vida en el
más allá, pero, en realidad, no creemos que, después de abandonar la Tierra,
seamos todavía responsables de las decisiones que hayamos tomado en esta Tierra
o de que esas decisiones nuestras pudieran haber sido muy diferentes. Nuestra
especie ya no es humilde. No tiene respeto. Es arrogante y está satisfecha de
su propia tecnología. Se engaña a sí misma constantemente al pensar que sus
ilusiones se encuentran bajo control y, por ello, crea el caos y se niega
además a aceptar que le es imposible controlarlas. Arrebatamos cosas a la
Tierra y a los demás.
Cuando a nivel de la comunidad surge el arquetipo de
la asociación espiritual -de individuos que se unen en un plano de igualdad con
el objetivo de acrecentarse espiritualmente-, crea valores y percepciones que
son reflejo de las que posee la personalidad multidimensional (modo cooperación
mutua). Los individuos unidos en una sociedad espiritual, eligen expresar ese
lazo de unión a través de las relaciones, infundiendo la energía de la sociedad
espiritual, y, a partir de ahí, crean nuevos valores y nuevas conductas en las
relaciones, se unen en una sociedad espiritual a nivel de organización, de
ciudad, de nación, de raza o de sexo. Infunden la conciencia colectiva de estos
niveles asociativos con la energía de la sociedad espiritual, y crean nuevos
valores y nuevas formas de conducta en tales niveles.
Cuando un individuo hace una llamada con el fin de
invocar la energía del arquetipo de la sociedad espiritual, no queda únicamente
afectada la relación que mantiene con otro individuo, sino también su
comunidad, su nación y el pueblo en general. Este es el proceso evolutivo que
tiene lugar, comenzando a nivel del individuo. La decisión tuya de evolucionar
conscientemente por medio de la elección responsable contribuye no sólo a tu
propia evolución, sino también a la evolución de todos aquellos aspectos de la
humanidad en que participas. No eres tú solo el que evolucionas con la toma de
decisiones, sino también toda la humanidad.
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