Estamos acercándonos al plenilunio de Géminis, el gran
festival de la Humanidad. En el profundo silencio que se produce durante las
horas del plenilunio, en ese espacio de profunda neutralidad, podemos fundirnos
con nuestros hermanos y acercarnos al Amado Señor Maitreya y a nuestro Padre
Celestial, Sanat Kumara.
En estos días pulsemos como un centro de luz
recordando que la humanidad es el centro laríngeo del planeta, que la Jerarquia
es el centro corazón y Shamballa el centro Coronario. Y visualicemos ese
triangulo de Luz iluminando nuestro mundo.
Vivimos tiempos de transición no solo de una era a
otra sino que a menor escala estamos viviendo una transición civilizatoria. La
paralización de las actividades humanas nos está mostrando lo que por mucho
tiempo no queríamos ver. La enfermedad del sistema que rige nuestras vidas. Son
tiempos de grandes cambios y de grandes oportunidades. Tiempos en los que,
aunque parezca paradojal, se requiere de todos nosotros grandes hazañas.
Estas hazañas se realizan en nuestro mundo interno. Es
un momento de entrega, de no querer retener nada. De sentir, con todas las
fibras de todos nuestros vehículos físicos, emocionales y mentales, que somos
el alma. Que nuestra única y verdadera posesión está en el Ser y no en el
tener. Que el tener es un espejismo de los sentidos. Que somos la vida que no
muere, la luz del mundo y la esperanza de los grandes seres que esperan que la
humanidad cumpla su parte en el concierto de mundos.
La gran hazaña es interna, mis queridos hermanos. Está
en el reconocimiento de esa verdad que pulsa en ti recordándote tu verdadera
esencia inmortal. Y entonces, desde tu Yo Soy inmortal, elevas tu ofrecimiento
al Señor del Mundo, el Amado Sanat Kumara, repitiendo las sublimes palabras del
Maestro Jesús, “Padre, no mi voluntad sino la tuya”.
Ese Padre amoroso está con nosotros, guiándonos en
esta transición. Confía. Y trabaja internamente elevando tu vibración,
sintiendo que eres el habitante de tu cuerpo. Que no eres tus pensamientos sino
el que los crea, y desde tu centro de poder, que es el alma, asume tu rol en el
cuerpo de humanidad. No te separes de ningún ser humano porque todo lo que
puedas repudiar de nuestra civilización actual ha sido creación humana, por lo
tanto, has participado.
Estamos equipados para este trabajo. Tenemos todo lo
necesario. Una mente entrenada, un deseo sincero de servir, una imaginación
activa y el poder del decreto y la palabra. Como son tiempos críticos, de
profundos cambios, tenemos un sin fin de ayudantes invisibles, ángeles que nos
sostendrán en nuestro esfuerzo.
Es un trabajo silencioso. Piensa en que todo es
divino. Reflexiona en la esencia primordial de nuestro Universo que es el AMOR
y en su manifestación como buena voluntad e imagina como la buena voluntad
puede llevarnos a compartir con nuestros hermanos, de todas las naciones,
fraternalmente y en paz. Imagina un mundo en donde las correctas relaciones
rijan la vida. Y reconociendo tu alma, reconócete parte de Humanidad, que la
cooperación y el trabajo en grupos es lo que la vida espera de todos. Que
juntos podemos más, mucho más.
Dirige tu pensamiento hacia la Jerarquía y su Plan.
Dirígelo hacia nuestro Padre Celestial Sanat Kumara. Acuña esta frase en tu
corazón.
LA CONFIANZA EN SHAMBALLA ES EL SECRETO DE LA PAZ.
Con tu mirar das vida. Con tu serenidad, llenas los
espacios de equilibrio. Con tu compasión y comprensión de aquellos que no ven
lo que tú ves, los acercas más a su propio centro, el único lugar en donde
pueden encontrar la luz que los guíe. Que tu meditación, tu mirar, tu palabra y
tus movimientos sean todos para elevar, para salvar.
Con el amor de siempre,
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