Por Karen Berg
Llegamos
a la semana previa a Rosh Hashaná, el inicio del año nuevo. Rosh Hashaná,
o Cabeza del Año, es el cumpleaños de Adán y, por lo tanto, es el
cumpleaños de toda la humanidad. Tal y como haríamos en nuestro propio
cumpleaños, nos tomamos el tiempo para reflexionar sobre el estado de nuestra
vida. ¿En dónde hemos estado y a dónde vamos? ¿Cuáles son nuestros sueños para
el año próximo? La vida podría pasarnos de largo si lo
permitimos y podríamos
encontrarnos en un estado de quiebra. Al igual que una hoja que se deja llevar
por el viento, quizá nos demos cuenta de que nunca asumimos un papel activo en
la elección del curso de nuestra vida. Quizá nuestra familia decidió nuestra
carrera o uno de nuestros padres nos dijo a quién amar. Quizá le permitimos a
la sociedad decidir qué hacer con nuestra vida. Es importante conectarnos con
nuestra voz interior ahora, descubrir la verdad de lo que genuinamente
queremos. ¿Cuál es el deseo de nuestro corazón? Esta semana, la semana previa
al cumpleaños de la humanidad, estamos ante el año nuevo y vemos los múltiples
caminos que tenemos por delante. El universo nos pide que elijamos nuestra
dirección y camino espiritual. Nos pide que asumamos un papel activo en la
decisión del destino que queremos para nosotros. Si bien es cierto que siempre
tenemos libre albedrío para tomar cualquier camino que deseemos, esta semana el
Creador nos susurra al oído y al corazón. Él nos motiva a que este sea el año
en el que decidamos comprometernos con el camino del amor, ya que al hacerlo
escogemos la vida misma.
Nuestra
guía cósmica de esta semana es la porción de la Biblia llamada Nitsavim. Nitsavim significa
“están ante el Eterno”. Moshé continúa dirigiéndose a los israelitas, pero esta
vez con más convicción que nunca. Moshé, instruyendo desde su corazón, les
recuerda que están ante el Creador y su relación con Él. Les pide que entiendan
por completo la seriedad de su conexión con el Creador y que continúen
eligiéndolo. Les recuerda, otra vez, que tienen un vínculo con el Creador que
fue establecido con sus ancestros. Los motiva a valorarlo y a recordarlo. Al
hacerlo se les asegura recibir éxitos y bendiciones continuos por todos los
años de su vida. Se les advierte a los israelitas sobre la negatividad que
pueden crear potencialmente si se desvían del camino del Creador. Comportarse
en modo intolerante o sin dignidad humana sólo generará negatividad para ellos.
Moshé expresa sinceramente la necesidad imperiosa de que los israelitas elijan
el amor en su corazón por los demás, por ellos mismos y por el Creador. Él
promete que el Creador les ayudará en este proceso al suavizar sus corazones,
lo que les permitirá estar abiertos al amor. Moshé les asegura que su Tierra
Prometida los espera solo si se comprometen con el camino del Creador. En lo
que parece ser su última y más importante petición, Moshé dice: “Llamo al cielo
y a la tierra este día como testigos contra ustedes de que he puesto ante ti la
vida y la muerte, la bendición y la maldición. Escoge, pues, la vida, para que
vivas”. Es un momento poderoso en la Biblia, es como si nos despertaran de un
profundo sueño. Un sueño que quizá ha impedido que actuemos en favor de nuestro
mayor beneficio. Todos deseamos bendiciones en el año próximo. Ahora es el
momento para meditar y pedir exactamente lo que desea nuestro corazón.
Sin
embargo, a veces nuestros deseos no están en sintonía con nuestro mayor
beneficio. A veces una falta de deseo es nuestro más grande obstáculo, pues
hace que nos conformemos con muy poco. Eso me recuerda a una fábula en la que
estaba decretado que una mujer moriría durante el parto. Cuando llegó el
momento en el que la mujer debía dar a luz, tanto ella como su esposo le
imploraron al Creador que anulara su karma y revirtiera la condena. En ese
momento, las lágrimas de ambos hicieron que las puertas del Cielo se abrieran,
pero desafortunadamente cometieron el error de pedirle al Creador sólo un año
para estar juntos. Sus plegarias en efecto fueron respondidas y vivieron
felices por un año, y después la esposa murió. Pero con las puertas del Cielo
abiertas pudieron haber pedido una eternidad juntos y haberla recibido.
Un
fuerte deseo es nuestro mejor recurso en este viaje de vida. El Creador desea
que tengamos todas las bendiciones que la vida nos puede ofrecer, pero
¿compartimos nosotros el mismo deseo? ¿Nos conformamos con muy poco? Esta
semana el Creador nos ayuda a elegir la vida sabiendo lo que de verdad está en
lo más profundo de nuestro corazón. Para ayudarnos, en esta porción de Nitsavim
recibimos el regalo invaluable de la energía de Yom Kipur, el día en el que
ocurre la mayor limpieza del año. En Yom Kipur se elimina nuestro egoísmo y
nuestro corazón se abre al Creador y al amor. En Nitsavim tenemos la décima
ocasión en el que aparecen “puntos” sobre algunas palabras en la Torá. Esta
décima ocasión de puntos nos da la energía del décimo día de Libra, que es Yom Kipur.
Increíblemente, esta semana nos quitamos los bloqueos que podrían estar
impidiendo que deseemos amor simple. Podemos ver la verdad que nos
dice que el amor es la respuesta a nuestros problemas. El amor tiene un modo de
atraer la felicidad y plenitud que buscamos. Recibimos este regalo diseñado
para ayudarnos a sembrar semillas positivas para el año próximo. El Creador
sabe que cuando finalmente abrimos nuestro corazón y deseamos amor simple, este
amor se expandirá e influirá en nuestro mundo entero. Dado que cuando elegimos
el amor, en efecto elegimos la vida.
En tus
meditaciones de esta semana, visualiza que estamos con el Creador, como padre e
hijo, como madre e hija, como dos almas gemelas. Estamos con el Creador en la
montaña, le tomamos la mano, mientras vemos el brillante sol del año entrante.
Miramos al futuro y vemos todo lo bueno que vendrá a nosotros. Vemos las
bendiciones, la buena fortuna, la prosperidad, la alegría y, más importante
aún, el amor. Sentimos un amor que florece en nuestro corazón. Elegimos caminar
con el Creador, tomados de la mano, por el camino de la dignidad humana y el
maravilloso amor. Ahora podemos entender finalmente y ver que cuando somos
seres de amor, la Luz de la vida siempre nos acompaña; y esta es la vida que elegimos.
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