La Luna llena en Aries tendrá lugar el 25 de
septiembre (hora española)
Llega de
nuevo ese tan esperado momento de la Luna llena en Aries, un tiempo en que las
emociones están más a flor de piel y se nos ofrece la oportunidad de hacer una
toma de consciencia acerca de las energías que están aflorando en nuestro fuero
interno y que, de alguna manera, también tendrán una manifestación externa.
Cuando
la Luna florece, es decir, nos muestra su máximo brillo o plenilunio en el
signo de Aries, ya podemos estar preparados para lidiar con emociones como la
rabia y la ira, así como también con situaciones donde se evidencie, en el
mejor de los casos, el ímpetu, la valentía, o bien, en el peor de los casos, la
violencia y la agresividad.
Aries,
por otra parte, está relacionado con el impulso vital y sexual, representa la
fuerza que nos empuja hacia la vida y el instinto de supervivencia.
Es
el signo que simboliza el inicio, la chispa, el emerger de la vida que ha de
vencer algún tipo de barrera o atravesar alguna puerta para salir al mundo y
tomar consciencia de sí misma en cuanto a individuo, es con Aries pues que
surge la ilusión de separación, un yo, un personaje o entidad única y
diferenciada del resto de manifestaciones de la creación, haciendo entonces
referencia al sentimiento de identidad y a la autoafirmación.
Esta
Luna pues nos llevará a autoafirmarnos en esa/s área/s de la vida relacionadas
con la casa astrológica donde acontezca el plenilunio en nuestra carta, así
como en aquellos asuntos relacionados con las energías planetarias que pueda
activar la Luna llena por tránsito en nuestra carta.
Igualmente,
es posible que demos inicio a algo vinculado a esas áreas y energías, o que
vivenciemos a través de estas las emociones y/o conflictos propios del signo.
Sea como sea, es importante estar atentos a la gestión de estas emociones
así como a encontrar canales creativos para encauzarlas sanamente, como el
deporte o cualquier método que nos ayude a canalizar el exceso de energía y el
stress que este puede producir.
Al
estar Marte, dispositor de las energías de esta Luna, por su regencia sobre el
signo de Aries, transitando en el errático y explosivo signo de Acuario, las
energías que esta Luna removerá en nosotros tenderán a expresarse de forma sorpresiva
y descontrolada, así que no estará de más respirar profundo ante cualquier
arrebato de ira, así como ante cualquier provocación externa que pudiera
presentarse, para evitar lo posible enzarzarnos en discusiones o peleas,
teniendo el oportuno insight que nos permita observar nuestra rabia
interna o proyectada y verla con la mirada despierta propia de Acuario.
Es muy
posible que sea en los terrenos regidos por la energía acuariana tales como el
de la amistad, de los grupos, las redes y/o los movimientos sociales donde
experimentemos situaciones en que la energía marciana que deposita la Luna en
Aries esté presente en cualquiera de sus formas, ya sea de impulso, iniciativa,
vitalidad, autoafirmación, agresividad, violencia, etc.
Marte
además se encontrará haciendo conjunción a Lilith y al Nodo Sur en Acuario y
formando, junto a estos, una T cuadrada con Venus en Escorpio y Urano en
Tauro. Dicha configuración promete tensión, inestabilidad, discusiones
e, incluso, riesgo de ruptura en lo referente a las relaciones de
pareja, esto podría manifestarse, en el mejor de los casos, como una catarsis
transformadora que fortalecerá la relación tras verse tambaleada o sometida
a momentos de agitación, angustia y/o stress.
Dicho
sea de paso que, con Venus en Escorpio, las mujeres en general estaremos
pisando el terreno de la sombra, lo cual puede hacer resurgir viejos traumas y
emerger contenido reprimido en la psique, ya sea que se trate de miedos,
frustración, talentos y/o capacidades que tendremos que explorar e integrar a
la conciencia de la forma más sana y creativa posible.
Tal
pasaje por el territorio de la sombra también suele conllevar sentimientos y
actitudes muy profundos , viscerales e intensos tales como los celos,
el apego, la posesividad, el control, la envidia, el odio, así como una
tendencia a mostrarnos más misteriosas, sabias y apasionadas. Por su
parte, con Lilith en Acuario tendremos además un encuentro revelador con la
sabiduría del eterno femenino y una actitud más rebelde antes lo
masculino, dada su actual conjunción con Marte en este signo, que, por
otra parte, tendrá a los hombres bastante revolucionados, rebeldes, con ansias
de libertad, aunque también con una actitud más amistosa y fraternal pero
reclamando más espacio personal si es que acaso sienten que no lo tienen.
Así
que tendremos que ser bastante empáticos si queremos resolver la tensión entre
las energías masculinas y femeninas durante esta lunación.
Por
si fuera poco, también tendremos otra T cuadrada de la que la misma Luna,
acompañada de Quirón en el signo de Aries, forma parte, junto a Saturno y Vesta
en Capricornio y el Sol, Mercurio y Ceres en Libra.
Esta
configuración puede hacer referencia, entre otras cosas, a los miedos que hemos
conservado bajo la creencia de ser una especie de resguardo, los límites o
barreras que hemos levantado para evitar ser heridos o, incluso, herir a otros,
aunado al sentimiento de pérdida de algo muy querido, o bien, a nuestro intento
desesperado de no perderlo o de rescatarlo. A veces puede que nos
volvamos fríos y actuemos a la defensiva precisamente por miedo a experimentar
esa pérdida y ante cualquier supuesta amenaza, alteración o inestabilidad
sentirnos frustrados e iracundos.
También
es posible que en un intento de calmar la ansiedad y la ira del otro seamos
rechazados, o bien, que lo seamos por expresar la rabia que anida nuestra
herida. La comunicación, la diplomacia y la complicidad que tengamos con
el otro serán fundamentales para resolver cualquier conflicto y propiciar una
reconciliación y/o retornar a la armonía.
En
fin, esta será una Luna de alto voltaje emocional.
Ni
que decir del ambiente familiar y social que podría llegar a evidenciar también
mucha tensión e, incluso, agitación y/o agresividad. Puede que hasta se
rompa alguna cosa en casa, ya sea un plato o algún electrodoméstico, por algún
lado tiene que salir tanta tensión e irritación.
Por
su parte, el Sol, recién entrado en el signo de Libra, acabando de inaugurar el
Equinoccio de Otoño nos recordará cuán importante es mirarnos en los espejos de
nuestras relaciones, apreciar la belleza, abogar por la justicia y la armonía
y, sobre todo, compartir y arrojar luz los unos sobre los otros, pues pronto
nos sumergiremos en la exploración de nuestra oscuridad y necesitaremos saber
que no estamos solos, que alguien esperará nuestro retorno del profundo reino
de las sombras cuando, de aquí a seis meses, la primavera nos obsequie en sus
brotes la tan ansiada renovación de la Vida.
Toda
esta metáfora que hace referencia al mito de Perséfone resume el simbolismo de
la estación otoñal que recién inauguramos y que es toda una alegoría del viaje
de la semilla al interior de la tierra, de la tristeza de la madre natura que
ve como su creación languidece y del peregrinaje iniciático del alma humana a
lo más profundo de su mundo interior.
Que
encontremos en este toda la sabiduría que nos aguarda como un tesoro oculto que
nos será revelado sólo si tenemos la valentía de transitar el reino que guarda
nuestra sombra.
Meditemos
pues en la preparación de este descenso simbólico que será profundamente
transformador, empoderador, enriquecedor y que impulsará desde la raíz nuestra
evolución en la espiral de la conciencia. La balanza ya se inclina tan honda
y tan alta como cada uno precise, ni más ni menos, respondiendo a la búsqueda
de la armonía universal.
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