Por Karen Berg
Bienvenidos al mes de Libra. Hemos llegado al mes famoso por sus
poderosas festividades, conocidas como las “Festividades principales”. De
hecho, este es el mes que tiene la mayor cantidad de festividades de todo el
año. Un mes lleno de tantos eventos cósmicos nos insinuará desde el inicio que
estamos empezando un especial y extremadamente elevado período de 30 días. El
mes de Libra es un tiempo de una energía mucho más ligera en
comparación con el
pesado escrutinio del anterior mes de Virgo. Libra es un signo de aire y es
regido por el planeta de la belleza: Venus. Este es un tiempo de Luz, belleza y
sabiduría. Tenemos una oportunidad única en el año para conectarnos con la
fuente de energía más pura y elevada. Es un tiempo de completitud y el inicio
de un año nuevo. Con la misma blancura de la tierra después de una nevada en la
que aún nadie ha pisado, tenemos las páginas de nuestra vida en blanco y sin
imperfecciones. El mes de Libra contiene una hermosa Luz que brilla desde el
plano más alto.
Este mes nos regocijamos en la Luz ya que tenemos festividad tras
festividad, eventos cósmicos diseñados para ayudarnos en nuestro viaje
espiritual. Un mes de Luz que presenta la energía necesaria para todo el año
entrante. Libra nos ofrece la experiencia de un verdadero y nuevo inicio. El
pasado quedó atrás. Solo vemos la belleza y la perfección del presente con un
futuro en el que, en efecto, todo es posible.
Este mes nos conectamos con las letras arameas Pei y Lámed que crearon
respectivamente a Venus, el planeta regente, y a la constelación de Libra.
Lámed es la única letra que es escrita por encima de la línea de escritura, eso
nos muestra que nuestra fuente de energía para el mes de verdad viene del nivel
más alto. Esto no resulta sorprendente puesto que la Luz que recibimos ahora,
en este primer mes del calendario hebreo, es la fuente de energía de todo el
año. Un mes que tiene la responsabilidad de proveer al mundo de suficiente
energía para sustentarse durante los próximos doce meses debe obtenerla de una
central de energía. En el caso de Libra, conectamos con el Mundo Superior y
atraemos la hermosa Luz de la dimensión conocida como Biná. Biná es nuestra
reserva de vida. Es el almacén de energía de nuestro universo, de la
conciencia, y la fuente de todo lo bueno y las bendiciones. A lo largo del año
no nos conectamos con Biná directamente, sino a través de filtros espirituales
que disminuyen su Luz y poder. Sin embargo, en el mes de Libra nos conectamos
directamente con Biná. Como resultado, recibimos los regalos de los principales
eventos cósmicos que nos dan sustento y nos preparan para nuestra vida en el
año próximo.
Tenemos Rosh Hashaná, la cabeza del año, que inicia en la Luna Nueva. Es
la semilla de la conciencia de pensamiento de todo el año. En Rosh Hashaná
tenemos la oportunidad de purificar nuestras acciones pasadas y evitar
cualquier limitación kármica a fin de prevenir la negatividad en el año
entrante. Aproximadamente diez días después, tenemos el día conocido como el
más santo del año, Yom Kipur. Yom Kipur significa día de la expiación, o de
unión. En este día nos conectamos directamente con Biná, recargamos nuestras
baterías para los próximos doce meses. Nos unimos con el Creador, lo cual eleva
nuestro ADN espiritual y apoya nuestra conexión con nuestra Chispa Divina
interior. Durante la luna llena del mes tenemos el evento cósmico llamado
Sucot, en el cual disfrutamos de la energía espiritual de nuestro potencial,
así como de la protección para nuestro próximo año. Eliminar la negatividad,
recargar nuestro espíritu y activar nuestro potencial para el año es un proceso
que dura 21 días. En el día número 22, cerca del final del mes, llegamos a la
última festividad de Libra, Simjat Torá, que significa “regocijo de la Torá”.
En ese momento nos conectamos con la alegría del trabajo completado de nuestra
alma y con la alegría de nuestras bendiciones futuras. El mes de Libra está
lleno de poder de renovación que el Creador nos ha dado para asegurar que
tengamos el mejor año posible. Nos ayuda en el desarrollo de nuestra alma aquí
en la tierra. Hemos estado en esta tierra muchas veces. En cada encarnación
acercamos más a nuestra alma hacia su destino de ser como el Creador, su origen
y Padre espiritual. Al igual que un niño que crece un poco más cada año, nosotros
continuamos en el camino de la evolución de nuestra alma. Libra el regalo que
nos dan para ayudarnos en este proceso y nuestra mayor ventaja para alcanzar
esta meta.
Los próximos 30 días son un período en el que nos elevamos a las nubes
de perfección en los Mundo Superiores, volamos por encima de la fisicalidad de
los Mundos Inferiores. Esta hermosa fuente constante de Luz es la razón por la
que nuestros amigos libra poseen los regalos de la sabiduría y la armonía. En
un mundo en el que todo es bueno, ¿cómo se puede decidir cuál es el siguiente
paso si todos los caminos parecen tener igual cantidad de bendiciones? Esta es
la raíz del principal, y quizá único, defecto de los libra: la incapacidad para
tomar decisiones. Cuando no sabemos cuál es el siguiente paso que debemos dar,
Rav Berg nos recomendaba no dar ninguno y que permitamos que la Luz nos muestre
el camino.
Por encima de nuestra propia lógica y control, está la conexión con la
sabiduría del Creador (que se da de manera natural este mes) la cual, si un
libra aprende a poner en práctica, recibe la ayuda para acabar con la
aparentemente infinita indecisión y de ese modo le proporciona una auténtica
acción espiritual.
Deseo que toda alma en la tierra reciba las bendiciones disponibles en
este mes. Un regalo del Creador, la Luz más hermosa que es nuestra gran ventaja
para conectarnos más con la Chispa Divina que llevamos por dentro. Una hermosa
Luz que nos facilita los cambios internos necesarios para asegurarnos un año
entrante lleno de bendiciones. Mi oración es que nosotros, nuestra familia y
nuestros amigos estén inscritos en el Libro de la Vida para el próximo año. Oro
por un año de paz y armonía para todo el mundo. En gratitud y humildad por el
mes de Libra, un hermoso regalo del Creador, nos acercamos un poco más al
cumplimiento de nuestra misión más profunda en la tierra: actuar con amor,
atención y dignidad humana por el prójimo.
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