Centro Holística Hayden

Escuela de Autoconocimiento personal y espiritual

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23 de septiembre de 2018

Libra


La balanza
Cuando pensamos en Libra, inmediatamente nos viene a la mente la imagen de una balanza con sus dos platillos y el fiel en el medio. La balanza está en equilibrio cuando ambos platillos contienen el mismo peso. Entonces el fiel está en el centro. Pero la mínima diferencia de peso decanta el fiel hacia un lado e indica desequilibrio.


Libra reacciona a las oscilaciones que se producen en su entorno con la misma sensibilidad. Los individuos Libra perciben las más ligeras desigualdades, captan los más leves indicios de perturbación y pierden el equilibrio con gran facilidad.

Hoy estamos expuestos a muchos factores de perturbación: el incesante ruido, las exigencias de rendimiento, las múltiples obligaciones, etc. Pero, a lo largo de la historia, el ser humano ha tenido que enfrentarse a todo tipo de incidentes, dificultades y problemas, y con el tiempo su nivel de dominio del conflicto ha evolucionado de forma notable. Libra también debe aprender a manejar los desequilibrios y los conflictos, aceptándolos como acontecimientos con significado y como oportunidades de crecimiento personal.

Durante el mes de Libra debemos procurar que no aumente nuestra actitud de rechazo ante los incidentes que perturban nuestra paz y nuestra tranquilidad. De lo contrario perderemos continuamente el equilibrio.

Si aprendemos a situarnos en el punto medio de las cambiantes condiciones internas y externas, podemos identificarnos con el fiel de la balanza y conseguir un equilibrio dinámico en el núcleo de nuestro ser. Entonces, desde ese equilibrio, es decir, desde nuestro propio centro, podemos reaccionar de forma flexible a las diferentes situaciones de la vida. De esta forma dejamos de ser tan susceptibles a las perturbaciones externas, dejamos de estar inmediatamente a favor o en contra de una de las partes en las situaciones de conflicto y somos capaces de construir puentes de entendimiento y acuerdo entre las fuerzas discordantes, restableciendo así el equilibrio.

Paz, armonía y justicia
Libra tiene el anhelo de paz y el deseo de armonía profundamente arraigados en su corazón. Pero, como sus refinados deseos son tan difíciles de conseguir en la cruda realidad, siempre está dispuesto a hacer concesiones y a alcanzar compromisos. De ahí su reputación de blandura y superficialidad. Tiende a evitar las discusiones y los conflictos, y jamás toma posturas rígidas o definitivas.

Libra es el símbolo del acuerdo y de la valoración y la ponderación de puntos de vista distintos. Tiene un sentido de la justicia muy desarrollado y, con su capacidad de establecer puentes entre opiniones opuestas, puede restablecer la armonía y el equilibrio donde reina el conflicto.

Las crisis de decisión
A menudo, en su esfuerzo por evitar los conflictos y las discusiones, Libra cae en un angustioso estado de indecisión. No quiere causar daño a nadie y pretende ser justo con todos pero eso es prácticamente imposible y, además, encierra el peligro de dispersar el impulso de la voluntad y las metas de la vida.

Todos conocemos a personas Libra que están continuamente inmersas en crisis de decisión. En determinados casos, el miedo a equivocarse o a desencadenar conflictos es tan grande que paraliza cualquier acción.
Entonces, cuando lo más adecuado hubiera sido una intervención personal, las decisiones se dejan para el futuro. En muchas ocasiones, Libra sólo actúa cuando no le queda otra posibilidad o cuando, de alguna forma, el destino lo obliga a hacerlo. A veces, incluso llega a provocar que lo fuercen a tomar una decisión porque no sabe lo que quiere. Libra debe aprender a tomar decisiones de forma autónoma y a reconocer lo bueno y lo correcto.

Esta es la tarea espiritual de Libra.
Como Libra es el signo del equilibrio, cuando debe tomar una decisión evalúa y sopesa cuidadosamente todos los elementos para captar los matices más delicados y las cualidades más sutiles. No es una cuestión de blanco o negro, bueno o malo, justo o injusto, etc. Ni tampoco de buscar un equilibrio basado en el principio: «Como tú a mí, yo a ti». Esto sólo conseguiría un equilibrio estático que debería corregirse una y otra vez, como en una balanza en la que el peso debe ser igual en los dos lados. Se trata más bien de encontrar un equilibrio dinámico, un equilibrio que debe alcanzarse mediante el cuidadoso reconocimiento de las distintas cualidades, mediante la clara capacidad de juicio y de diferenciación, y mediante la habilidad de mantenerse incorruptible en el centro de uno mismo. A lo largo del camino de desarrollo espiritual, la dificultad de realizar juicios correctos y de tomar buenas decisiones es cada vez mayor. Pero la capacidad de ponderación y la habilidad de juzgar con prudencia conducen al «sendero del filo de la navaja»: el sendero que el ser humano debe encontrar y recorrer en el signo de Libra.

El conocimiento y la sabiduría
En el horóscopo el signo de Libra marca el paso del hemisferio inconsciente al hemisferio consciente. Libra es el primer signo sobre el horizonte y con él entramos en la luz del día. El hombre deja atrás la fase de aprendizaje de los signos situados bajo el horizonte. El camino lleva desde «el Aula del Conocimiento y el Aprendizaje», como también se llama al hemisferio inconsciente, hasta «el Aula de la Comprensión y la Sabiduría». La palabra «conocimiento» se refiere a todo aquello que se puede diagnosticar y definir, a aquello que se puede aceptar intelectualmente como un hecho cierto y se puede verificar de forma experimental. Concierne a la parte material de los acontecimientos del proceso de desarrollo. En cambio, la palabra «sabiduría» hace referencia a la razón superior, al desarrollo de la vida dentro de las envolturas y formas siempre cambiantes, cerrar y a las expansiones de conciencia. La sabiduría es la captación intuitiva de la verdad. No tiene nada que ver con facultad de razonar ni con los criterios de valoración estandarizados: es la capacidad de regirse por principios superiores. Una vez reconocidas las leyes universales de la evolución y del amor universal ya no pueden realizarse más juicios ni condenas parciales. Un ser humano sabio lo comprende todo porque tiene la visión global de las distintas etapas de desarrollo. Puede ver el principio y el final de una situación. Esto lo refleja muy bien un antiguo proverbio que dice: «Cuanto más sabe un hombre, menos juzga». Este proceso de desarrollo se inicia en Libra, sobre el horizonte.

La diferencia entre Virgo y Libra
Desde el punto de vista esotérico, mientras el ser humano está centrado exclusivamente en lo material, la rueda de la vida avanza por los signos en sentido retrógrado (es decir, en sentido horario) y cuando ha despertado a la espiritualidad el movimiento se invierte y avanza en sentido directo (es decir, antihorario).
Libra es el signo en el que se produce la reversión de la rueda de la vida. Aquí se debe decidir hacia qué lado se va a inclinar la balanza. ¿Proseguirá la persona concentrándose en lo material, esto es, continuará hacia Virgo, o iniciará el proceso de desarrollo espiritual, es decir, cambiará la dirección y continuará hacia Escorpio?
La siguiente vida en Virgo, en dirección hacia abajo en la rueda (como el movimiento del punto de la edad del horóscopo del Nodo Lunar) puede ser la vida de una personalidad materialista bajo la influencia del aspecto material de Virgo o evidenciar un lento surgimiento de la vibración del alma, indicando la existencia de la vida espiritual oculta que la Virgen madre cuida y protege (como se vio en el capítulo anterior). Tras la reversión de la rueda, el camino conduce hacia Escorpio, donde la personalidad percibe la vida activa del alma y tienen lugar las pruebas y las luchas entre el alma y la personalidad, entre las tendencias hacia lo superior y hacia lo inferior, entre los valores materiales y los valores espirituales.
Libra simboliza la etapa intermedia o el punto de equilibrio entre esas dos situaciones. En los períodos de avance del proceso de desarrollo y en las crisis de decisión, los platillos de la balanza fluctúan constantemente. El individuo Libra oscila entre pares de opuestos. Este signo es muy importante para el desarrollo espiritual y, a la vez, es un signo muy difícil. Aquí se vive la curiosa experiencia del «columpio», una vivencia desconcertante para el ser humano porque, cuando pretende concentrarse en lo material y disfrutar de la vida, siente un estímulo que lo hace aspirar a valores superiores; y si enfoca su interés en la vida espiritual, se siente atraído una y otra vez por los viejos hábitos y deseos.

La justicia y el equilibrio
Libra también se conoce como «el lugar del juicio» porque es el signo en que se toma la decisión y se da el paso irrevocable que separa «las ovejas de las cabras». En nuestros días estamos experimentando esta elección de forma drástica en política y en economía. Plutón empezó su tránsito por Libra en 1969 y, desde entonces, en la escena mundial hemos visto como aquéllos que estaban sentados en su trono, permitiéndose todo tipo de maquinaciones, han sido desenmascarados y han perdido el poder y la dignidad. Desde hace algunos años, también estamos experimentando este proceso de equilibrio en las parejas, en las familias y en los negocios.
Todo tiende hacia el equilibrio. También podemos observar como el ser humano se ha dado cuenta del proceso de explotación y degradación de la naturaleza. La protección del medio ambiente ha tomado importancia, se ha promocionado el control de natalidad y, tras la recesión económica, se ha producido la crisis del petróleo.
Todos estos fenómenos muestran los esfuerzos de la naturaleza para restablecer el equilibrio destruido por la insensatez del hombre.
El mes de Libra nos ofrece la oportunidad de eliminar nuestros desequilibrios. Debemos observarnos y darnos cuenta de los extremos en nuestra vida. Quizás reaccionamos de forma demasiado sensible a ciertas cuestiones y debemos volvernos más objetivos y tolerantes.
Quizás dormimos o hablamos demasiado, quizás comemos, bebemos o fumamos demasiado, quizás tenemos mucho más de lo que necesitamos de algo en concreto. Éste es un buen momento para liberarnos de ello y para encontrar de nuevo la moderación en todas las cosas. La ley de la justicia que restablece el equilibrio está activa. Quizás es un buen momento para hacer las paces con alguien, perdonando la injusticia que, aparentemente, se cometió con nosotros.
Hay muchas posibilidades de estar desequilibrado o de sentirse perturbado por otras personas, no sólo en aspectos materiales sino también en cuestiones psicológicas.
Sin quererlo podemos crearnos enemigos; sin desearlo, de cualquier diferencia de puntos de vista, puede surgir una enemistad. Si, a la vez que defendemos nuestros intereses, somos capaces de entender la posición de la otra persona y de hacerle ver que, a pesar de tener opiniones distintas la entendemos y la respetamos como ser humano, seremos capaces de encontrar una solución justa y equitativa a los conflictos. El signo de Libra es excepcionalmente apropiado para alcanzar acuerdos justos y ha producido muy buenos diplomáticos, en el sentido positivo.
El signo del tú, de la colaboración y de la pareja Libra es el signo del tú. Está situado en la parte derecha del horóscopo, en la zona del tú y, en consecuencia, tiene mucho que ver con el contacto y las relaciones humanas (para más información sobre la división del  Libra horóscopo en zonas, véase nuestro libro Las casas astrológicas).
Sin un tú, o sea, sin un compañero, Libra no se siente feliz. Siempre está buscando al compañero perfecto
y quiere encontrar un equilibrio verdaderamente armónico en las relaciones humanas, en el amor y en el matrimonio.
Normalmente, las crisis de desarrollo y de decisión que hacen que Libra pierda el equilibrio se producen en el área de los contactos. El amor puede darle la mayor felicidad pero también puede ocasionarle el más profundo sufrimiento. De una forma o de otra, Libra siempre lucha por amor, porque lo que más anhela es encontrar una pareja que lo comprenda completamente, que lo cuide, que lo trate bien y que lo libere de todas las preocupaciones existenciales. Pero, a menudo, valora a su pareja sólo en función de la capacidad que tiene para satisfacer sus deseos y de servir a sus propósitos (los de Libra). Y eso no es ver al otro como realmente es sino contemplarlo desde el punto de vista de la utilidad y del aprovechamiento, lo cual es una visión muy estrecha.
Así no se puede percibir al compañero en su verdadero ser ni en su auténtica profundidad y plenitud y, por lo tanto, el verdadero amor no puede manifestarse.

El individuo Libra
Libra debe aprender que este tipo de actitud ocasiona dependencia del compañero y obstaculiza el proceso de desarrollo. En una buena relación de pareja, ambas partes deben contribuir para que surja un intercambio auténtico, un compañerismo honesto y una confianza absoluta. Pero, por lo general, esto exige que el individuo Libra renuncie a sus peticiones egoístas, a sus exigencias de ser comprendido, a sus demandas de que se le muestre gratitud y a su deseo de ser amado, hasta que él mismo sea verdaderamente capaz de amar. Los objetivos egoístas en el matrimonio y en las relaciones de pareja, y los mecanismos de contacto manipuladores que Libra utiliza con tanta soltura deben ser purificados en el crisol del sufrimiento por amor.
Después de esta purificación y conversión interna, Libra se vuelve capaz de contactar con los demás sin prejuicios y, gracias a su desarrollado sentido de la justicia, puede darles lo que se merecen. Sabe que cuando se acerca a una persona con intenciones preconcebidas o con prejuicios no se está dirigiendo a la totalidad del ser sino sólo a una pequeña parte del mismo y, en consecuencia, no experimenta toda la verdad sobre el otro y no puede valorarlo correctamente.
En el mes de Libra podemos mejorar nuestra actitud en los contactos, dándonos cuenta de que un encuentro auténtico y libre debe ser desinteresado y debe conceder a la otra persona la total libertad de ser ella misma.
De esta forma entramos en contacto con la totalidad del ser del otro, lo cual hace posible un encuentro auténtico y una comunicación genuina. Los requisitos indispensables para que se produzca el verdadero amor entre dos  seres humanos, ese amor que al mismo tiempo libera al propio ser, son la ausencia de interés personal y la inofensividad. Como dijo un gran pensador: «Una de las más profundas paradojas de la vida es que, cuanto menos piensa el ser humano en sí mismo, más se acerca a su plenitud». Quien se vuelve desinteresado crece en su auténtico ser y es capaz de amar de verdad.
Si permitimos que nuestro verdadero yo, con su amor por todo lo creado, actúe en el mundo a través de nuestra personalidad, nuestro entorno se transforma. Si somos capaces de permanecer en este estado de amor y lo mantenemos incluso en momentos difíciles, en nosotros se produce un continuo proceso de transformación y nos sentimos llamados a tareas constantemente nuevas.
Nuestra propia transformación nos permite ver el mundo y a los seres humanos de modo distinto. Muchas cosas se ven bajo una nueva luz. Para Libra, el amor fluyendo del centro de su ser es el punto de equilibrio dinámico que junta los extremos de la vida y le une a los demás en armonía.

La polaridad Aries – Libra
Eje de encuentro
En la polaridad Aries-Libra se pone de manifiesto la problemática humana del yo frente al tú, una cuestión que con frecuencia se agudiza durante el mes de Libra. Por ejemplo, si Libra encuentra pareja antes de consolidar su propio yo, tiende a buscar el yo que todavía no ha encontrado en la pareja y corre el peligro de vivir fuera de sí. Busca estabilidad y seguridad en el otro pero sólo lo encuentra de forma transitoria. Poco a poco, los rechazos y los desengaños le enseñan que, también en los asuntos del amor, hay que ser uno mismo. Libra debe encontrar y mantener el equilibrio interno en su propio centro. Debe evitar perderse en la persona amada y agarrarse al tú creyendo que no puede vivir sin la otra persona. Precisamente por amor, debe «soltar» al tú y darle la libertad de ser él mismo. Sólo así puede florecer el verdadero amor.
Cuando Libra ha llegado a estar en sintonía consigo mismo y se comporta de forma auténtica, cuando ha
encontrado su propio centro y consigue mantenerse en él, entonces irradia un equilibrio, una seguridad y una calma superior que infunden confianza a sus semejantes.
Es entonces cuando puede formar parte de una verdadera relación de pareja en la que ambas partes se ayudan y se complementan mutuamente.
Sólo una persona segura en su interior y consciente de sí misma (Aries) puede presentarse de una forma auténtica y honesta ante los demás y abrirse con total disposición (Libra) sin que su esencia quede perjudicada.
Incluso puede soportar las conmociones y los golpes de destino que sufren los demás sin perder el control.
Una persona así es libre en su relación con los demás y, al mismo tiempo, actúa como factor de orden y de equilibrio en su entorno. Sin embargo, quien no haya aprendido aún a solucionar su propio desequilibrio y, por lo tanto, sienta inseguridad e inhibición en su interior, difícilmente puede acercarse al contacto con los demás de forma abierta y con plena libertad. La paz, la armonía y el equilibrio interno son condiciones indispensables para conseguir un buen contacto con los demás y, durante el mes de Libra, estas cualidades deben cultivarse de forma especial.

Los planetas regentes   j Venus z Urano
Como Libra aspira a la armonía y a amar al tú de un modo justo, la facultad de valorar conscientemente las cosas tiene una gran importancia. Esto se consigue mediante el desarrollo de la capacidad de diferenciar, que es una cualidad del regente esotérico del signo. El regente tradicional de Libra es Venus y su regente esotérico es Urano.
Venus intenta mantener el estado de armonía por todos los medios pero también tiene una gran propensión hacia la comodidad. No le gusta esforzarse. Siempre busca la solución más fácil y desea sentirse confortable en todos los ámbitos, bien sea buscando constantemente la belleza y la adaptación (con frecuencia mediante la elegancia externa) o bien con un egoísmo dispuesto al compromiso del tipo «actuar según el viento que sople» o «arrimarse al sol que más calienta».
Urano, el regente esotérico del signo, sólo actúa cuando la persona está en el camino espiritual. Entonces proporciona una comprensión superior que se traduce en una mayor capacidad de diferenciar. Con Urano activado, Libra tiene la capacidad de valorar las cosas cuidadosamente y, de esta forma, puede hacer una elección correcta entre los valores espirituales y materiales de su existencia. De esta manera crece hacia un estado superior de conciencia que conduce a ser uno mismo.
Pero todo paso hacia valores superiores y hacia una realidad mayor exige renunciar a algo más pequeño. Para alcanzar un estado más elevado, es decir, para llegar a un amor desprendido y maduro, hay que renunciar a algo y, a veces, se trata de algo muy querido. Libra debe aprender que, antes de poder experimentar la consonancia de las almas, primero debe ser capaz de amar de verdad.
En cierto modo, la meditación también exige renuncia.
Las distracciones externas, los pensamientos, las preocupaciones y los deseos deben pasar a un segundo plano.
Ésta es la única forma de dedicarse por entero a algo.
La meditación exige el rechazo de todo lo superficial, de todo lo vacío y de todo aquello que sólo atrae y seduce externamente. Pero no es sólo en la meditación donde hay que liberarse de estas cosas. La lucha por la libertad también debe llevarse a cabo en el mundo exterior y esto se pone de manifiesto durante el mes siguiente, en la gran lucha y victoria de Escorpio. Pero ya ahora, la meditación nos ayuda a encontrar la orientación adecuada y a acercarnos a los valores espirituales.

El cruce de caminos, la elección correcta y el sendero del filo de la navaja
Desde la perspectiva esotérica, Libra es el signo de la decisión. El alma se encuentra en un cruce de caminos y debe elegir el camino correcto. En el horóscopo, esta bifurcación del camino está relacionada con el paso del hemisferio inferior o hemisferio inconsciente al hemisferio superior o hemisferio consciente. En Libra, el ser humano tiene por primera vez una visión del camino espiritual y de la meta individual de desarrollo. En la progresión de la edad, al llegar a la casa 7 (la casa de Libra) atravesamos el horizonte y, una vez de pie sobre el mismo, podemos mirar hacia nuestro yo y también vemos el Ascendente que simboliza la meta de nuestra vida.
En esta fase de la vida, lo esencial es establecer unas correctas relaciones entre el yo y el tú, el desarrollo de una auténtica humanidad en el individuo y la búsqueda de una verdadera relación de pareja.
Cuando Libra ha alcanzado un cierto nivel de desarrollo, ya no puede permitirse actuar y juzgar con arreglo a motivaciones incorrectas. Tanto da que lo haga para defenderse, por encontrarse en un determinado estado de ánimo momentáneo o por cualquier otra causa. De hacerlo, estará cediendo al impulso de su naturaleza emocional egocéntrica, es decir, al hemisferio inconsciente del horóscopo. En la subida hacia el punto más alto del horóscopo, es decir, en el camino hacia la individualización consciente, estas inclinaciones humanas deben superarse lo antes posible.

Las pruebas de Libra son las siguientes:
1. No debe dejarse influenciar ni aceptar sobornos al juzgar a otras personas.
2. No debe ponerse del lado de la opinión o del poder más fuerte.
3. Cuando se trate de establecer la verdad sobre otra persona, en ningún caso debe dejarse influenciar por la posible obtención de beneficios personales ni ceder ante la presión de corrientes colectivas. De otro modo corre el peligro de ser injusto con personas que hayan depositado su confianza en él y fluctuar entre opuestos, en el sentido de la frase: «Hoy lo aclamáis y mañana pediréis su crucifixión».
Esta actitud le ocasionaría dolorosos conflictos de conciencia, sentimientos de culpabilidad y depresiones periódicas. Como ya hemos dicho, Libra debe tomar el camino del medio, donde, con objetividad, puede encontrar el punto de vista correcto. Al final, la verdad acaba siendo el fiel de la balanza.

El pensamiento semilla esotérico de Libra
«Elijo el camino que pasa entre las dos grandes líneas de fuerza.»

Este camino es el sendero que transcurre entre los pares de opuestos de nuestra existencia. Libra siempre debe tener presente este «sendero del filo de la navaja» para no caer en los extremos, mantenerse firme en el punto medio del yo y conservar un equilibrio dinámico.
Como hemos dicho, no se trata de un equilibrio estático sino dinámico, como el del equilibrista sobre el alambre, que mantiene el equilibrio mientras avanza hacia delante.
En la relación con el tú, Libra debe darse cuenta de que no debe juzgar las situaciones exclusivamente desde su punto de vista, ni tampoco adoptar absolutamente el punto de vista del otro. Debe situarse en medio del eje de encuentro y, con distancia e independencia de las opiniones personales, debe reconocer dónde está cada uno y qué es lo correcto para cada cual en el momento en cuestión. Desde ese punto medio puede garantizar al tú el derecho de ser uno mismo sin dependencias ni chantajes y de manera libre y honesta. Desde ahí puede tomar las decisiones correctas, no solamente en relación con el ámbito interior de la vida sino de forma que también queden satisfechas las exigencias de las situaciones externas.
Cuando Libra alcanza este nivel de purificación se convierte en un sabio consejero capaz de crear armonía en el mundo e impartir justicia para todos. No acepta ni rechaza nada de antemano. Todo lo somete a prueba para verificar si es correcto o no. En este proceso, el sentido de justicia de Libra y su capacidad de amar son sometidos a duras pruebas que deben superarse demostrando que bajo ningún concepto se persiguen objetivos personales. El Libra evolucionado es un juez justo y su imparcialidad está representada simbólicamente en la imagen de la justicia con los ojos vendados.
Así pues, Libra debe buscar, encontrar y recorrer «el sendero del filo de la navaja», y liberarse de los extremos opuestos. Este es el sentido del pensamiento semilla esotérico de este signo y la tarea espiritual de todos los nacidos bajo el signo de Libra.

Libra: 7o signo del zodíaco
Mes: 23 de septiembre – 21 de octubre
Cruz: Cardinal
Temperamento: Aire
Luna llena: Sol en Libra – Luna en Aries
Casas: 1/7 Eje de encuentro
Problemática: El yo frente al tú. El contacto
Regente exotérico: Venus
Regente esotérico: Urano







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