La balanza
Cuando pensamos
en Libra, inmediatamente nos viene a la mente la imagen de una balanza con sus
dos platillos y el fiel en el medio. La balanza está en equilibrio cuando ambos
platillos contienen el mismo peso. Entonces el fiel está en el centro. Pero la
mínima diferencia de peso decanta el fiel hacia un lado e indica desequilibrio.
Libra reacciona
a las oscilaciones que se producen en su entorno con la misma sensibilidad. Los
individuos Libra perciben las más ligeras desigualdades, captan los más leves
indicios de perturbación y pierden el equilibrio con gran facilidad.
Hoy estamos
expuestos a muchos factores de perturbación: el incesante ruido, las exigencias
de rendimiento, las múltiples obligaciones, etc. Pero, a lo largo de la historia,
el ser humano ha tenido que enfrentarse a todo tipo de incidentes, dificultades
y problemas, y con el tiempo su nivel de dominio del conflicto ha evolucionado
de forma notable. Libra también debe aprender a manejar los desequilibrios y
los conflictos, aceptándolos como acontecimientos con significado y como
oportunidades de crecimiento personal.
Durante el mes
de Libra debemos procurar que no aumente nuestra actitud de rechazo ante los
incidentes que perturban nuestra paz y nuestra tranquilidad. De lo contrario
perderemos continuamente el equilibrio.
Si aprendemos a
situarnos en el punto medio de las cambiantes condiciones internas y externas,
podemos identificarnos con el fiel de la balanza y conseguir un equilibrio
dinámico en el núcleo de nuestro ser. Entonces, desde ese equilibrio, es decir,
desde nuestro propio centro, podemos reaccionar de forma flexible a las
diferentes situaciones de la vida. De esta forma dejamos de ser tan
susceptibles a las perturbaciones externas, dejamos de estar inmediatamente a
favor o en contra de una de las partes en las situaciones de conflicto y somos capaces
de construir puentes de entendimiento y acuerdo entre las fuerzas discordantes,
restableciendo así el equilibrio.
Paz, armonía y justicia
Libra tiene el
anhelo de paz y el deseo de armonía profundamente arraigados en su corazón.
Pero, como sus refinados deseos son tan difíciles de conseguir en la cruda realidad,
siempre está dispuesto a hacer concesiones y a alcanzar compromisos. De ahí su
reputación de blandura y superficialidad. Tiende a evitar las discusiones y los
conflictos, y jamás toma posturas rígidas o definitivas.
Libra es el
símbolo del acuerdo y de la valoración y la ponderación de puntos de vista
distintos. Tiene un sentido de la justicia muy desarrollado y, con su capacidad
de establecer puentes entre opiniones opuestas, puede restablecer la armonía y
el equilibrio donde reina el conflicto.
Las crisis de decisión
A menudo, en su
esfuerzo por evitar los conflictos y las discusiones, Libra cae en un angustioso
estado de indecisión. No quiere causar daño a nadie y pretende ser justo con
todos pero eso es prácticamente imposible y, además, encierra el peligro de
dispersar el impulso de la voluntad y las metas de la vida.
Todos conocemos
a personas Libra que están continuamente inmersas en crisis de decisión. En
determinados casos, el miedo a equivocarse o a desencadenar conflictos es tan
grande que paraliza cualquier acción.
Entonces, cuando
lo más adecuado hubiera sido una intervención personal, las decisiones se dejan
para el futuro. En muchas ocasiones, Libra sólo actúa cuando no le queda otra
posibilidad o cuando, de alguna forma, el destino lo obliga a hacerlo. A veces,
incluso llega a provocar que lo fuercen a tomar una decisión porque no sabe lo que
quiere. Libra debe aprender a tomar decisiones de forma autónoma y a reconocer
lo bueno y lo correcto.
Esta es la tarea espiritual de Libra.
Como Libra es
el signo del equilibrio, cuando debe tomar una decisión evalúa y sopesa
cuidadosamente todos los elementos para captar los matices más delicados y las
cualidades más sutiles. No es una cuestión de blanco o negro, bueno o malo,
justo o injusto, etc. Ni tampoco de buscar un equilibrio basado en el
principio: «Como tú a mí, yo a ti». Esto sólo conseguiría un equilibrio
estático que debería corregirse una y otra vez, como en una balanza en la que
el peso debe ser igual en los dos lados. Se trata más bien de encontrar un equilibrio
dinámico, un equilibrio que debe alcanzarse mediante el cuidadoso reconocimiento
de las distintas cualidades, mediante la clara capacidad de juicio y de diferenciación,
y mediante la habilidad de mantenerse incorruptible en el centro de uno mismo.
A lo largo del camino de desarrollo espiritual, la dificultad de realizar juicios
correctos y de tomar buenas decisiones es cada vez mayor. Pero la capacidad de
ponderación y la habilidad de juzgar con prudencia conducen al «sendero del filo
de la navaja»: el sendero que el ser humano debe encontrar y recorrer en el
signo de Libra.
El conocimiento y la sabiduría
En el horóscopo
el signo de Libra marca el paso del hemisferio inconsciente al hemisferio
consciente. Libra es el primer signo sobre el horizonte y con él entramos en la
luz del día. El hombre deja atrás la fase de aprendizaje de los signos situados
bajo el horizonte. El camino lleva desde «el Aula del Conocimiento y el
Aprendizaje», como también se llama al hemisferio inconsciente, hasta «el Aula
de la Comprensión y la Sabiduría». La palabra «conocimiento» se refiere a todo
aquello que se puede diagnosticar y definir, a aquello que se puede aceptar
intelectualmente como un hecho cierto y se puede verificar de forma
experimental. Concierne a la parte material de los acontecimientos del proceso
de desarrollo. En cambio, la palabra «sabiduría» hace referencia a la razón
superior, al desarrollo de la vida dentro de las envolturas y formas siempre
cambiantes, cerrar y a las expansiones de conciencia. La sabiduría es la
captación intuitiva de la verdad. No tiene nada que ver con facultad de razonar
ni con los criterios de valoración estandarizados: es la capacidad de regirse
por principios superiores. Una vez reconocidas las leyes universales de la
evolución y del amor universal ya no pueden realizarse más juicios ni condenas
parciales. Un ser humano sabio lo comprende todo porque tiene la visión global de
las distintas etapas de desarrollo. Puede ver el principio y el final de una
situación. Esto lo refleja muy bien un antiguo proverbio que dice: «Cuanto más
sabe un hombre, menos juzga». Este proceso de desarrollo se inicia en Libra,
sobre el horizonte.
La diferencia entre Virgo y Libra
Desde el punto
de vista esotérico, mientras el ser humano está centrado exclusivamente en lo
material, la rueda de la vida avanza por los signos en sentido retrógrado (es
decir, en sentido horario) y cuando ha despertado a la espiritualidad el
movimiento se invierte y avanza en sentido directo (es decir, antihorario).
Libra es el
signo en el que se produce la reversión de la rueda de la vida. Aquí se debe
decidir hacia qué lado se va a inclinar la balanza. ¿Proseguirá la persona concentrándose
en lo material, esto es, continuará hacia Virgo, o iniciará el proceso de
desarrollo espiritual, es decir, cambiará la dirección y continuará hacia
Escorpio?
La siguiente
vida en Virgo, en dirección hacia abajo en la rueda (como el movimiento del
punto de la edad del horóscopo del Nodo Lunar) puede ser la vida de una personalidad
materialista bajo la influencia del aspecto material de Virgo o evidenciar un
lento surgimiento de la vibración del alma, indicando la existencia de la vida espiritual
oculta que la Virgen madre cuida y protege (como se vio en el capítulo
anterior). Tras la reversión de la rueda, el camino conduce hacia Escorpio,
donde la personalidad percibe la vida activa del alma y tienen lugar las
pruebas y las luchas entre el alma y la personalidad, entre las tendencias
hacia lo superior y hacia lo inferior, entre los valores materiales y los
valores espirituales.
Libra simboliza
la etapa intermedia o el punto de equilibrio entre esas dos situaciones. En los
períodos de avance del proceso de desarrollo y en las crisis de decisión, los
platillos de la balanza fluctúan constantemente. El individuo Libra oscila
entre pares de opuestos. Este signo es muy importante para el desarrollo
espiritual y, a la vez, es un signo muy difícil. Aquí se vive la curiosa
experiencia del «columpio», una vivencia desconcertante para el ser humano
porque, cuando pretende concentrarse en lo material y disfrutar de la vida,
siente un estímulo que lo hace aspirar a valores superiores; y si enfoca su interés
en la vida espiritual, se siente atraído una y otra vez por los viejos hábitos
y deseos.
La justicia y el equilibrio
Libra también
se conoce como «el lugar del juicio» porque es el signo en que se toma la
decisión y se da el paso irrevocable que separa «las ovejas de las cabras». En
nuestros días estamos experimentando esta elección de forma drástica en
política y en economía. Plutón empezó su tránsito por Libra en 1969 y, desde
entonces, en la escena mundial hemos visto como aquéllos que estaban sentados
en su trono, permitiéndose todo tipo de maquinaciones, han sido desenmascarados
y han perdido el poder y la dignidad. Desde hace algunos años, también estamos
experimentando este proceso de equilibrio en las parejas, en las familias y en
los negocios.
Todo tiende
hacia el equilibrio. También podemos observar como el ser humano se ha dado
cuenta del proceso de explotación y degradación de la naturaleza. La protección
del medio ambiente ha tomado importancia, se ha promocionado el control de
natalidad y, tras la recesión económica, se ha producido la crisis del
petróleo.
Todos estos
fenómenos muestran los esfuerzos de la naturaleza para restablecer el
equilibrio destruido por la insensatez del hombre.
El mes de Libra
nos ofrece la oportunidad de eliminar nuestros desequilibrios. Debemos
observarnos y darnos cuenta de los extremos en nuestra vida. Quizás reaccionamos
de forma demasiado sensible a ciertas cuestiones y debemos volvernos más objetivos
y tolerantes.
Quizás dormimos
o hablamos demasiado, quizás comemos, bebemos o fumamos demasiado, quizás
tenemos mucho más de lo que necesitamos de algo en concreto. Éste es un buen
momento para liberarnos de ello y para encontrar de nuevo la moderación en
todas las cosas. La ley de la justicia que restablece el equilibrio está
activa. Quizás es un buen momento para hacer las paces con alguien, perdonando
la injusticia que, aparentemente, se cometió con nosotros.
Hay muchas
posibilidades de estar desequilibrado o de sentirse perturbado por otras
personas, no sólo en aspectos materiales sino también en cuestiones
psicológicas.
Sin quererlo
podemos crearnos enemigos; sin desearlo, de cualquier diferencia de puntos de
vista, puede surgir una enemistad. Si, a la vez que defendemos nuestros intereses,
somos capaces de entender la posición de la otra persona y de hacerle ver que,
a pesar de tener opiniones distintas la entendemos y la respetamos como ser
humano, seremos capaces de encontrar una solución justa y equitativa a los
conflictos. El signo de Libra es excepcionalmente apropiado para alcanzar
acuerdos justos y ha producido muy buenos diplomáticos, en el sentido positivo.
El signo del
tú, de la colaboración y de la pareja Libra es el signo del tú. Está situado en
la parte derecha del horóscopo, en la zona del tú y, en consecuencia, tiene
mucho que ver con el contacto y las relaciones humanas (para más información
sobre la división del Libra horóscopo en
zonas, véase nuestro libro Las casas astrológicas).
Sin un tú, o
sea, sin un compañero, Libra no se siente feliz. Siempre está buscando al
compañero perfecto
y quiere
encontrar un equilibrio verdaderamente armónico en las relaciones humanas, en
el amor y en el matrimonio.
Normalmente,
las crisis de desarrollo y de decisión que hacen que Libra pierda el equilibrio
se producen en el área de los contactos. El amor puede darle la mayor felicidad
pero también puede ocasionarle el más profundo sufrimiento. De una forma o de
otra, Libra siempre lucha por amor, porque lo que más anhela es encontrar una
pareja que lo comprenda completamente, que lo cuide, que lo trate bien y que lo
libere de todas las preocupaciones existenciales. Pero, a menudo, valora a su pareja
sólo en función de la capacidad que tiene para satisfacer sus deseos y de
servir a sus propósitos (los de Libra). Y eso no es ver al otro como realmente
es sino contemplarlo desde el punto de vista de la utilidad y del aprovechamiento,
lo cual es una visión muy estrecha.
Así no se puede
percibir al compañero en su verdadero ser ni en su auténtica profundidad y
plenitud y, por lo tanto, el verdadero amor no puede manifestarse.
El individuo Libra
Libra debe
aprender que este tipo de actitud ocasiona dependencia del compañero y
obstaculiza el proceso de desarrollo. En una buena relación de pareja, ambas partes
deben contribuir para que surja un intercambio auténtico, un compañerismo
honesto y una confianza absoluta. Pero, por lo general, esto exige que el
individuo Libra renuncie a sus peticiones egoístas, a sus exigencias de ser
comprendido, a sus demandas de que se le muestre gratitud y a su deseo de ser
amado, hasta que él mismo sea verdaderamente capaz de amar. Los objetivos
egoístas en el matrimonio y en las relaciones de pareja, y los mecanismos de
contacto manipuladores que Libra utiliza con tanta soltura deben ser
purificados en el crisol del sufrimiento por amor.
Después de esta
purificación y conversión interna, Libra se vuelve capaz de contactar con los
demás sin prejuicios y, gracias a su desarrollado sentido de la justicia, puede
darles lo que se merecen. Sabe que cuando se acerca a una persona con
intenciones preconcebidas o con prejuicios no se está dirigiendo a la totalidad
del ser sino sólo a una pequeña parte del mismo y, en consecuencia, no
experimenta toda la verdad sobre el otro y no puede valorarlo correctamente.
En el mes de
Libra podemos mejorar nuestra actitud en los contactos, dándonos cuenta de que
un encuentro auténtico y libre debe ser desinteresado y debe conceder a la otra
persona la total libertad de ser ella misma.
De esta forma
entramos en contacto con la totalidad del ser del otro, lo cual hace posible un
encuentro auténtico y una comunicación genuina. Los requisitos indispensables para
que se produzca el verdadero amor entre dos
seres humanos, ese amor que al mismo tiempo libera al propio ser, son la
ausencia de interés personal y la inofensividad. Como dijo un gran pensador:
«Una de las más profundas paradojas de la vida es que, cuanto menos piensa el ser
humano en sí mismo, más se acerca a su plenitud». Quien se vuelve desinteresado
crece en su auténtico ser y es capaz de amar de verdad.
Si permitimos
que nuestro verdadero yo, con su amor por todo lo creado, actúe en el mundo a
través de nuestra personalidad, nuestro entorno se transforma. Si somos capaces
de permanecer en este estado de amor y lo mantenemos incluso en momentos
difíciles, en nosotros se produce un continuo proceso de transformación y nos
sentimos llamados a tareas constantemente nuevas.
Nuestra propia
transformación nos permite ver el mundo y a los seres humanos de modo distinto.
Muchas cosas se ven bajo una nueva luz. Para Libra, el amor fluyendo del centro
de su ser es el punto de equilibrio dinámico que junta los extremos de la vida
y le une a los demás en armonía.
La polaridad Aries – Libra
Eje de encuentro
En la polaridad
Aries-Libra se pone de manifiesto la problemática humana del yo frente al tú,
una cuestión que con frecuencia se agudiza durante el mes de Libra. Por
ejemplo, si Libra encuentra pareja antes de consolidar su propio yo, tiende a
buscar el yo que todavía no ha encontrado en la pareja y corre el peligro de vivir
fuera de sí. Busca estabilidad y seguridad en el otro pero sólo lo encuentra de
forma transitoria. Poco a poco, los rechazos y los desengaños le enseñan que,
también en los asuntos del amor, hay que ser uno mismo. Libra debe encontrar y
mantener el equilibrio interno en su propio centro. Debe evitar perderse en la
persona amada y agarrarse al tú creyendo que no puede vivir sin la otra
persona. Precisamente por amor, debe «soltar» al tú y darle la libertad de ser
él mismo. Sólo así puede florecer el verdadero amor.
Cuando Libra ha
llegado a estar en sintonía consigo mismo y se comporta de forma auténtica,
cuando ha
encontrado su
propio centro y consigue mantenerse en él, entonces irradia un equilibrio, una
seguridad y una calma superior que infunden confianza a sus semejantes.
Es entonces
cuando puede formar parte de una verdadera relación de pareja en la que ambas
partes se ayudan y se complementan mutuamente.
Sólo una
persona segura en su interior y consciente de sí misma (Aries) puede
presentarse de una forma auténtica y honesta ante los demás y abrirse con total
disposición (Libra) sin que su esencia quede perjudicada.
Incluso puede
soportar las conmociones y los golpes de destino que sufren los demás sin
perder el control.
Una persona así
es libre en su relación con los demás y, al mismo tiempo, actúa como factor de
orden y de equilibrio en su entorno. Sin embargo, quien no haya aprendido aún a
solucionar su propio desequilibrio y, por lo tanto, sienta inseguridad e
inhibición en su interior, difícilmente puede acercarse al contacto con los demás
de forma abierta y con plena libertad. La paz, la armonía y el equilibrio
interno son condiciones indispensables para conseguir un buen contacto con los
demás y, durante el mes de Libra, estas cualidades deben cultivarse de forma
especial.
Los planetas regentes j Venus z Urano
Como Libra
aspira a la armonía y a amar al tú de un modo justo, la facultad de valorar
conscientemente las cosas tiene una gran importancia. Esto se consigue mediante
el desarrollo de la capacidad de diferenciar, que es una cualidad del regente
esotérico del signo. El regente tradicional de Libra es Venus y su regente
esotérico es Urano.
Venus intenta
mantener el estado de armonía por todos los medios pero también tiene una gran
propensión hacia la comodidad. No le gusta esforzarse. Siempre busca la
solución más fácil y desea sentirse confortable en todos los ámbitos, bien sea
buscando constantemente la belleza y la adaptación (con frecuencia mediante la elegancia
externa) o bien con un egoísmo dispuesto al compromiso del tipo «actuar según
el viento que sople» o «arrimarse al sol que más calienta».
Urano, el
regente esotérico del signo, sólo actúa cuando la persona está en el camino
espiritual. Entonces proporciona una comprensión superior que se traduce en una
mayor capacidad de diferenciar. Con Urano activado, Libra tiene la capacidad de
valorar las cosas cuidadosamente y, de esta forma, puede hacer una elección correcta
entre los valores espirituales y materiales de su existencia. De esta manera
crece hacia un estado superior de conciencia que conduce a ser uno mismo.
Pero todo paso
hacia valores superiores y hacia una realidad mayor exige renunciar a algo más
pequeño. Para alcanzar un estado más elevado, es decir, para llegar a un amor
desprendido y maduro, hay que renunciar a algo y, a veces, se trata de algo muy
querido. Libra debe aprender que, antes de poder experimentar la consonancia de
las almas, primero debe ser capaz de amar de verdad.
En cierto modo,
la meditación también exige renuncia.
Las
distracciones externas, los pensamientos, las preocupaciones y los deseos deben
pasar a un segundo plano.
Ésta es la
única forma de dedicarse por entero a algo.
La meditación
exige el rechazo de todo lo superficial, de todo lo vacío y de todo aquello que
sólo atrae y seduce externamente. Pero no es sólo en la meditación donde hay
que liberarse de estas cosas. La lucha por la libertad también debe llevarse a
cabo en el mundo exterior y esto se pone de manifiesto durante el mes
siguiente, en la gran lucha y victoria de Escorpio. Pero ya ahora, la
meditación nos ayuda a encontrar la orientación adecuada y a acercarnos a los
valores espirituales.
El cruce de caminos, la elección correcta y
el sendero del filo de la navaja
Desde la
perspectiva esotérica, Libra es el signo de la decisión. El alma se encuentra
en un cruce de caminos y debe elegir el camino correcto. En el horóscopo, esta bifurcación
del camino está relacionada con el paso del hemisferio inferior o hemisferio
inconsciente al hemisferio superior o hemisferio consciente. En Libra, el ser
humano tiene por primera vez una visión del camino espiritual y de la meta
individual de desarrollo. En la progresión de la edad, al llegar a la casa 7
(la casa de Libra) atravesamos el horizonte y, una vez de pie sobre el mismo, podemos
mirar hacia nuestro yo y también vemos el Ascendente que simboliza la meta de
nuestra vida.
En esta fase de
la vida, lo esencial es establecer unas correctas relaciones entre el yo y el
tú, el desarrollo de una auténtica humanidad en el individuo y la búsqueda de
una verdadera relación de pareja.
Cuando Libra ha
alcanzado un cierto nivel de desarrollo, ya no puede permitirse actuar y juzgar
con arreglo a motivaciones incorrectas. Tanto da que lo haga para defenderse,
por encontrarse en un determinado estado de ánimo momentáneo o por cualquier
otra causa. De hacerlo, estará cediendo al impulso de su naturaleza emocional
egocéntrica, es decir, al hemisferio inconsciente del horóscopo. En la subida
hacia el punto más alto del horóscopo, es decir, en el camino hacia la
individualización consciente, estas inclinaciones humanas deben superarse lo
antes posible.
Las pruebas de Libra son las siguientes:
1. No debe
dejarse influenciar ni aceptar sobornos al juzgar a otras personas.
2. No debe
ponerse del lado de la opinión o del poder más fuerte.
3. Cuando se
trate de establecer la verdad sobre otra persona, en ningún caso debe dejarse
influenciar por la posible obtención de beneficios personales ni ceder ante la
presión de corrientes colectivas. De otro modo corre el peligro de ser injusto
con personas que hayan depositado su confianza en él y fluctuar entre opuestos,
en el sentido de la frase: «Hoy lo aclamáis y mañana pediréis su crucifixión».
Esta actitud le
ocasionaría dolorosos conflictos de conciencia, sentimientos de culpabilidad y
depresiones periódicas. Como ya hemos dicho, Libra debe tomar el camino del
medio, donde, con objetividad, puede encontrar el punto de vista correcto. Al
final, la verdad acaba siendo el fiel de la balanza.
El pensamiento semilla esotérico de Libra
«Elijo el camino que pasa entre las dos
grandes líneas de fuerza.»
Este camino es
el sendero que transcurre entre los pares de opuestos de nuestra existencia.
Libra siempre debe tener presente este «sendero del filo de la navaja» para no
caer en los extremos, mantenerse firme en el punto medio del yo y conservar un
equilibrio dinámico.
Como hemos
dicho, no se trata de un equilibrio estático sino dinámico, como el del
equilibrista sobre el alambre, que mantiene el equilibrio mientras avanza hacia
delante.
En la relación
con el tú, Libra debe darse cuenta de que no debe juzgar las situaciones
exclusivamente desde su punto de vista, ni tampoco adoptar absolutamente el punto
de vista del otro. Debe situarse en medio del eje de encuentro y, con distancia
e independencia de las opiniones personales, debe reconocer dónde está cada uno
y qué es lo correcto para cada cual en el momento en cuestión. Desde ese punto
medio puede garantizar al tú el derecho de ser uno mismo sin dependencias ni
chantajes y de manera libre y honesta. Desde ahí puede tomar las decisiones
correctas, no solamente en relación con el ámbito interior de la vida sino de
forma que también queden satisfechas las exigencias de las situaciones
externas.
Cuando Libra
alcanza este nivel de purificación se convierte en un sabio consejero capaz de
crear armonía en el mundo e impartir justicia para todos. No acepta ni rechaza
nada de antemano. Todo lo somete a prueba para verificar si es correcto o no.
En este proceso, el sentido de justicia de Libra y su capacidad de amar son sometidos
a duras pruebas que deben superarse demostrando que bajo ningún concepto se
persiguen objetivos personales. El Libra evolucionado es un juez justo y su imparcialidad
está representada simbólicamente en la imagen de la justicia con los ojos vendados.
Así pues, Libra
debe buscar, encontrar y recorrer «el sendero del filo de la navaja», y
liberarse de los extremos opuestos. Este es el sentido del pensamiento semilla esotérico
de este signo y la tarea espiritual de todos los nacidos bajo el signo de
Libra.
Libra: 7o signo
del zodíaco
Mes: 23 de
septiembre – 21 de octubre
Cruz: Cardinal
Temperamento:
Aire
Luna llena: Sol
en Libra – Luna en Aries
Casas: 1/7 Eje
de encuentro
Problemática:
El yo frente al tú. El contacto
Regente
exotérico: Venus
Regente
esotérico: Urano
No hay comentarios:
Publicar un comentario